La expresión de los límites en Jurica – Dos pueblos en uno

Post date: enero 26, 2021 | Category: Vigésima Edicion Agosto 2020

RESUMEN:

Las relaciones espaciales y sociales en el Pueblo de Jurica, ubicado al Norte de la ciudad de Querétaro, han devenido en una serie de límites que abarcan dimensiones tantos físicas como simbólicas. La percepción y entendimiento de estos, desde la perspectiva de transeúnte o visitante y al adentrarnos en sus tradiciones y costumbres, permiten vislumbrar dos aristas hacia las que se dirigen las ciudades en la actualidad, en cuanto a su desarrollo social y urbano.

El análisis y comparación de estos, nos permite entender cómo influyen en el desarrollo social y urbano, elementos que llegan a parecer obvios, comunes y correctos.

A través de varios ejercicios de análisis y comprensión del espacio, se pudo llegar a un acercamiento a la problemática de los límites presentes en Jurica, los que lo han llevado a ser reconocido actualmente como Jurica Pueblo y Jurica Residencial. Dos pueblos que eran Uno.

PALABRAS CLAVES: Límites, Segregación, Peatones, Relaciones.

ABSTRACT:

The spatial and social relations in the Town of Jurica, located north of the city of Querétaro, have become a series of limits that cover both physical and symbolic dimensions. The perception and understanding of these, from the perspective of passer-by or visitor and when entering into their traditions and customs, allow us to glimpse two edges towards which cities are currently heading, in terms of their social and urban development. The analysis and comparison of these, allows us to understand how they influence social development, elements that seem obvious, common, and correct. Through several exercises of analysis and understanding of the space, it was possible to reach an approach to the problem of the limits present in Jurica, which have led him to be recognized today as Jurica Pueblo and Residential Jurica. Two villages that were One.

KEYWORDS: Limits, Segregation, Pedestrians, Relations.

INTRODUCCIÓN

Las ciudades, a nivel mundial continúan experimentando un crecimiento descontrolado, en función de grandes olas de migración, problemas políticos y sociales; por lo que el modo en que estas se construyen y se desarrollan ha sido motivo de debate e investigación en las últimas décadas. Donde Latinoamérica resalta en sus tendencias de crecimiento.

México, como una de estas ciudades latinoamericanas, también refleja esta preocupación por su ciudad y en este caso, la ciudad de Querétaro es muestra de ello, siendo esta una de las ciudades de mayor crecimiento poblacional y urbano, caracterizado por las periferias de autoconstrucción y las construcciones de condominios y viviendas en vertical a causa de un mercado inmobiliario que prefiere hacer inversiones en los centros ya construidos, para abaratar costos de servicios y aumentar su renta.

La acción de intervención de intereses económicos sobre factores sociales, humanos y culturales resulta en un urbanismo consumista, contenedor de espacios fríos, construidos en función no de sus usuarios sino de un fin. Una arquitectura donde se supeditan los factores sociales a la “belleza visual”.

La ciudad sectorizada, donde encontramos zonas residenciales aisladas, grandes zonas industriales como

barreras, periferias invadidas y no planificadas, así como zonas comerciales, creadas para una minoría. “Estas características subrayan la tendencia hacia una ciudad extremadamente segregada y dividida. La metrópolis latinoamericana actual se desarrolla hacia una «ciudad de islas” (Janoshcka, 2002, p.21). Es en esta problemática donde encontramos el punto de análisis del presente artículo, en Jurica, Querétaro, un pueblo que se adelanta a mostrar resultados de la contraposición del modo de vida de un pueblo tradicional y un pueblo sectorizado y caracterizado por el poder económico. Siendo este caso una posible visión hacia el futuro del modelo de ciudad que se promociona actualmente, del que podemos reflexionar y evaluar las posibles repercusiones sociales, arquitectónicas y urbanas.[1]

METODOLOGÍA

Primeramente, como parte de la metodología aplicada para entender el pueblo de análisis, se realizaron lecturas de algunos artículos de carácter antropológico y social, que narran el surgimiento y las relaciones sociales en Jurica. De ahí, se encontraron rasgos que han transcendido y resultan límites existentes históricamente.

Posteriormente se realizó un análisis de morfología urbana, de uso y composición de suelo del Pueblo, tanto con mapas obtenidos de Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) Querétaro, como de tres recorridos peatonales realizados en la zona.

Fueron también realizadas varias entrevistas a los habitantes de Jurica Pueblo, de los que se obtuvo información de modos de vida, relaciones vecinales, de gobernanza y religiosas. De estas se entendió la relación entre Jurica Pueblo y Jurica Residencial y cómo se interrelacionan entre ellos.

También como parte de la metodología utilizada para realizar este análisis, se organizó un recorrido con 10 estudiantes de licenciatura de la carrera de arquitectura, de entre 1er y 10mo semestre, con diferentes experiencias de análisis y estudio de los espacios urbanos. Con ellos, se realizaron tres ejercicios claves para entender la expresión de los límites físicos y simbólicos en Jurica. El primer ejercicio: seleccionar un elemento durante el recorrido, que les resultara único entre las características del lugar; el segundo ejercicio: Realizar una entrevista (corta) a alguno de los habitantes de la zona; tercer ejercicio: representar (en una maqueta o dibujo) cómo percibió el lugar.

Antes de hacer el recorrido y al llegar, las expectativas de los estudiantes fueron en general: recorrer un lugar agradable, sombreado, correctamente diseñado, seguro y poblado. Ninguno de ellos había visitado Jurica anteriormente y tampoco conocían de la existencia de dos pueblos en uno o al menos no conocían de las claras diferencias internas.

Se realizó un recorrido partiendo desde la capilla ubicada al final del Paseo Jurica, donde se transita hacia Jurica Pueblo, de ahí se recorrió el perímetro de dos manzanas. No fue posible continuar el recorrido por la falta de comodidad y grandes distancias de este. Resaltando con este punto características descritas en lo siguiente de este artículo.

Posteriormente, se realizó un recorrido por Jurica Pueblo, desde la calle principal hasta la Plaza Principal donde está la Parroquia, saliendo hacia la calle A Pueblo Jurica.

 

Imagen 1. Imagen satelital de Jurica. Fuente: Autora

 

Al recoger los resultados de los ejercicios mencionados, fue sorprendente el cambio de paradigma de los estudiantes, la decepción por una parte y la sorpresa por otra, así como la percepción, por sí mismos de los límites existentes en Jurica.

Los resultados obtenidos de este recorrido grupal, son parte del análisis planteado en el presente artículo, fundamentalmente el análisis de elementos sociales y simbólicos, fueron dialogados y debatidos hasta concluir en lo siguiente expuesto.

 

BREVE HISTORIA DE SURGIMIENTO Y DESARROLLO DE JURICA

Jurica fue creado en 1968 como un desarrollo inmobiliario de aproximadamente un área de 3 millones de m2, y pertenece actualmente a la delegación Félix Osóres Sotomayor (IMPLAN QUERÉTARO.). Fue propiedad de Torres Landa, Bustamante, Somex y Banamex en diferentes tiempos, dueños que se han distinguido por su capacidad inmobiliaria y financiera (García, 1986), factor que aún hasta nuestros días puede percibirse en algunas zonas, al ver los estándares de vida y viviendas de la zona residencial.

En un inicio y por las características de sus suelos, Jurica fue un territorio bueno para la producción agrícola. Con un carácter rural hasta los años sesenta, cuando comenzó su proceso de urbanización y fue cambiando su uso de suelo de rural a urbano (Erika, L., & Franco, O. 2014), lo que fue llevando al pueblo hacia su perfil industrial actual. Con este cambio las actividades y espacios se fueron transformando, cambiando de la agricultura como actividad principal a servicios y comercios.

El caso particular de Jurica, es curioso porque en él coexistían dos formas de producción: la hacienda y el ejido. De esta contraposición, se desarrolla la actual Jurica, donde se encuentra la zona desarrollada a partir de la antigua hacienda, actualmente hotel y lo que ahora es la zona industrial de Jurica.

Debido al rápido desarrollo que tuvo, Jurica fue conurbado al municipio de Querétaro en 1990 y con ello el incremento de las zonas industriales. De ahí que el desarrollo de Jurica como un pueblo obrero aumentó, y muchos de sus terrenos fueron utilizados para dar viviendas a los trabajadores de las industrias.

Sumado a este tipo de desarrollo, la migración proveniente mayormente de la Ciudad de México, hizo posible la convivencia de personas de diferentes estratos sociales en la zona y por tanto una mezcla de diferentes clases. Las que han continuado una relación desde las fechas hasta la actualidad.

 

RECORRIENDO JURICA IDENTIDADES Y FRONTERAS

Antes de abordar los conceptos de Identidad y Frontera, sería apropiado hacer una breve reflexión sobre el Territorio, ya que según menciona Giménez (2007), este es el espacio apropiado por un grupo social para asegurar su reproducción y la satisfacción de sus necesidades vitales, que pueden ser materiales o simbólicos. De acuerdo con lo planteado, el caso de Jurica refleja este concepto, siendo un pueblo que, sobre todo, se caracteriza por mantener esos elementos simbólicos, existencia de varios grupos sociales que han sido participes fundamentales en el desarrollo de este y claros límites territoriales.

“En Jurica las personas son capaces de distinguir los puntos importantes desde donde comienza el pueblo (las entradas) y reconstruyen sus fronteras, saben hasta dónde llega el pueblo y lo que está fuera de él.” (Erika, L., & Franco, O. 2013).

Mucho de estas divisiones viene dadas por las prácticas espaciales a las que estuvieron relacionadas las zonas del pueblo original. Una zona habitacional para ejecutivos, una zona industrial y otra en la que quedan los más arraigados al pueblo originario, devienen en los límites o fronteras perceptibles hoy en Jurica.

Los habitantes originarios de Jurica Pueblo, hacen una distinción con los jóvenes, con los foráneos y con los habitantes de Jurica Residencial. De la misma forma, los habitantes de Jurica Residencial se separan de los anteriores. Estableciéndose así, fronteras escalonadas. En una primera instancia: fronteras socioculturales, seguidas de fronteras económicas y estas llevan al siguiente nivel de fronteras físicas o de territorio.

“En Jurica, los habitantes identifican fronteras (reales y simbólicas) que les permiten distinguirlo de otros pueblos, expresan un sentimiento de pertenencia por el hecho de que la gente se conoce, porque ahí nacieron y porque comparten códigos culturales.” (Erika, L., & Franco, O. 2013).

Sus distinciones y divisiones dejan ver una identidad y un apego hacia ciertas prácticas. La forma en que se continúan gestionando las actividades locales, el respeto hacia sus hitos religiosos y centros públicos, así como el reconocimiento de sus espacios públicos como importantes en sus procesos cotidianos.

“La identidad regional se deriva del sentido de pertenencia socio-regional y se da cuando por lo menos una parte significativa de los habitantes de una región ha logrado incorporar a su propio sistema cultural los símbolos, valores y aspiraciones más profundas de su región.” (Giménez, G. 2007)

La identidad también da forma al territorio de Jurica. Esta misma identidad, como resultado simbólico de la cultura e historia, generadora de la apropiación del espacio y por tanto de que se abra una puerta hacia sus fronteras. Se advierte una delgada línea difícil de identificar, entre lo que es un límite y lo que es identidad del territorio.

Los pobladores de Jurica hacen divisiones por sí mismos, distinguiendo los de una zona u otra, así como división entre los originarios y los foráneos. Los habitantes de este pueblo tienen gran sentido de arraigo y pertenencia, lo que los hace muy recelosos de su pueblo, pero a la vez los lleva a implantar límites sociales con los nuevos llegados o incluso con los mismos jóvenes que ya tienen intereses diferentes para con el pueblo.

Elementos que están inscritos a su territorio y lo conforman simultáneamente. A su vez, estos pobladores trazan fronteras mediante la apropiación de este.

La apropiación “(…) se trata de manipular líneas, puntos y redes sobre una determinada superficie. O, lo que es lo mismo, se trata de operaciones de delimitación de fronteras (…)” (Giménez, G. 2007, pp. 10)

Fronteras que van desde la relación del individuo con su entorno inmediato hasta la relación con el pueblo y cómo permiten que ocurra o no esta relación. Dependiendo de su sentido de apropiación, esa misma que se percibe en sus parques, en sus tianguis, las celebraciones religiosas y ferias por las formas físicas en que se construyen. Así como en la decoración de sus calles y casas. En este aspecto “la casa desempeña una función indispensable de mediación entre el “yo” y el mundo exterior, entre nuestra interioridad y la exterioridad, entre “adentro” y “afuera”.” (Giménez, G. 2007, pp. 11) Es decir, el límite de la casa, es el más cercano a la persona, por tanto, dependiendo [Text Box: Imagen 2. Fuente: Autora. Parada de autobús en Jurica Pueblo y carteles incitando a socializar.] de la relación de la casa y su entorno, será la relación del individuo con este. En Jurica, esta relación física de la vivienda y el entorno ha resultado en límites físicos,mucho más presentes que los límites simbólicos. Acción que lleva a la división y segregación en el territorio.

 

DOS PUEBLOS NACIDOS DE UNO

Al caminar el pueblo de Jurica se perciben claramente los límites en diversas escalas. Comenzando por el acceso resulta difícil de forma peatonal, de manera que constituye una barrera física el hecho de tener que llegar a él caminando largas distancias, pasando por una zona de centros comerciales. Desde la senda opuesta de la calle el acceso es aún más difícil ya que hay que acceder por un puente peatonal muy extenso y elevado. Esto desde la Avenida 5 de febrero, que es la arteria que conecta a Jurica con el resto de Querétaro. Las rutas de transporte público son demoradas, sobre todo las que van al centro de la ciudad. Las paradas interiores de las rutas están equipadas de bancas y cubiertas, pero aun así están vacías.

 

Imagen 2. Parada vacía y señal para incentivar las relaciones sociales. Fuente: Autora

 

Parecen haber sido colocadas para cumplir una norma.

Ello denota que el acceso y paso hacia o a través de Jurica, cómodo y seguro es válido sólo desde automóvil, sumando distancias peatonales extensas e inestables para caminar. A pesar de ello, se puede encontrar letreros por toda la avenida principal de Jurica (Paseo de Jurica), animando a los vecinos a salir y recorrer su vecindario o conocer a su vecino.

El panorama que se muestra de esta primera parte de Jurica, Jurica Residencial, muestra la gran mayoría de las viviendas están bardeadas por muros perimetrales sumamente altos que impiden la relación del espacio interior y el exterior. A pesar de ello, se les da un tratamiento especial a los muros, esto se aprecia en la decoración, o elementos ornamentales que se adicionan a los muros perimetrales, así como la vegetación y plantas ornamentales que se colocan junto a estos. El conjunto parece agradar, pero a la vez esconde una verdad, la que se percibe solo si se caminan las calles, en vez de lo acostumbrado (en automóvil). Los muros componen la calle, y la estructuran.

 

Imagen 3. Muro perimetral de vivienda hacia la calle. Fuente: Autora

 

Mientras se continúa conociendo la zona de Jurica Residencial, al recorrerla, no se percibe una relación entre los habitantes. Estos no se relacionan entre ellos para actividades diarias sólo por cuestiones comunitarias y de conjunto. Se puede ver la intención de incrementar la relación entre vecinos, con los mencionados anteriormente, carteles diciendo “Conoce a tus vecinos”,

Gráfico 1. Relación de espacios públicos con su entorno. Fuente: Autora

 

Más, sin embargo, los residentes de Jurica Residencial, también habitan en Jurica Pueblo, y hacen de este, su centro de abastecimiento, utilizan algunos de sus servicios y la mano de obra para el mantenimiento de sus viviendas proviene del propio pueblo.

El funcionamiento de Jurica Residencial se entiende cuando se describe de ella “(…) para quienes Jurica es sólo un lugar dormitorio, trabajan y viven en la ciudad, más que en el pueblo; no hacen uso de los espacios públicos ni se involucran en la vida cotidiana que acontece en el pueblo.” (Erika, L., & Franco, O. 2013). Escasos espacios públicos, en los que no se potencia la reunión y el encuentro entre habitantes. Cuentan con un parque verde al final de la zona Residencial, justo en el punto de inflexión donde se transita a Jurica Pueblo. Otros pequeños parques están contemplados dentro de zonas privadas con acceso vigilado. Es por esto que se entiende que el espacio público de reunión no está fomentado en Jurica Residencial, y los pocos que tienen no son utilizados por sus habitantes.

Jurica Residencial, sufre de esta grandeza de zona residencial, donde sus moradores, los “otros”, conviven dentro de sus casas o mansiones. Aquí la ciudad muestra uno de sus límites más palpables: las propias viviendas e infraestructura de esta parte contrastan con las viviendas del Pueblo, donde la auto-construcción y la precariedad predominan.

Jurica Pueblo, en contraposición a su vecino, es un pueblo de trazado irregular, el acceso desde Jurica Residencial, está claramente marcado a través de un cambio de tejido urbano. No está señalizado el cambio de barrio, sin embargo, el acceso a través de una calle estrecha hace notar el hecho de estar adentrándose a otra zona urbana. Con una tipología de construcciones en su mayoría es de fachada puerta-calle, o sea que la relación es directa entre el espacio interior-privado y el exterior-público. Los muros perimetrales, como límites marcados, más pregnantes en el pueblo, son los que han tenido que ver con la intervención del gobierno en obras públicas y sin la participación de los habitantes del pueblo.

 


Gráfico 2. Peatones en el espacio público y el uso del suelo que hacen de este. Fuente: Autora

 

(Entrevistas profundas a vecinos); como es el caso de la cancha y la escuela que están junto a la Plaza Principal y del cercado perimetral de la escuela frente a la misma plaza.

Al deambular por las calles, se nota que los habitantes mantienen una relación estrecha con el barrio, se conocen en su mayoría y se reúnen para tomar acciones que el gobierno no toma; como ferias, mantenimiento de parques, actividades de interés de los vecinos, etc. (Entrevista profunda a vecinos).

“Para los “originarios” el pueblo representa el marco espacial y temporal a partir del cual se articulan las relaciones sociales que sustentan una historia y una cultura común, y desde ahí, construyen una identidad que se ancla fuertemente al territorio.” (Erika, L., & Franco, O. 2013)

Los habitantes de Jurica Pueblo hacen mucho uso de los espacios públicos, las canchas deportivas, el parque frente a la parroquia y de las calles en general. Se puede ver transeúntes en todas las direcciones, niños en la calle y comercio local en las banquetas, parque, etc.

Realizan una feria de conjunto los jueves y domingos, la cual es organizada por sus propios habitantes y aprovechan los espacios públicos para esto. Sus celebraciones de fin de año también son organizadas entre los propios habitantes y son conocidas y visitadas por otros moradores de los barrios aledaños. “Jurica tiene fiestas patronales que la hacen única en su tipo “la mayoría considera que lo que los distingue son su gente, sus tradiciones y costumbres (el Santo Patrono, las fiestas patronales).” (Erika, L., & Franco, O. 2013).

En Jurica Pueblo se vive la ciudad, se camina por ella y sus moradores se conocen en su gran mayoría. “(…) siempre sale uno y encuentra con quién platicar”. (Erika, L., & Franco, O. 2013) es decir, las calles son un espacio importante de socialización, en el que sus ciudadanos practican el ejercicio de la ciudadanía. “En Jurica, las calles son espacios públicos por excelencia. La calle no sólo contribuye a la cohesión social, sino que revitaliza la identidad territorial” (Erika, L., & Franco, O. 2013).

Otro factor resaltante en Jurica Pueblo, es que los lugares a los que hacen referencia sus habitantes son claves, y todos ellos los reconocen como importantes en el pueblo. “Sus lugares: la plaza, la iglesia o parroquia, la Capilla, la hacienda, el cerro, las canchas, el hotel, el Regency, la Crucita, el rio y el bordo.” (Erika, L., & Franco, O. 2013). Aunque de lo más populares son la Parroquia, la Capilla, la Ermita y la Plaza donde se hace la feria dos veces por semana y resulta el lugar más importante de reunión. Sus espacios son vividos por los ciudadanos.

 

LAS DIMENCIONES DE LOS LÍMITES

En relación a las características tan opuestas de los pueblos descritos: Jurica Pueblo y Jurica Residencial, vemos que más que fronteras o límites físicos, existen límites simbólicos. Los que sólo son visibles a los ojos de un análisis más profundo, social y urbano. Sus oposiciones como pueblos, a pesar de ser vecinos en ubicación es clara, de ahí que resulten ellos dos pueblos en uno.

Los límites y la segregación, son perceptibles fundamentalmente desde el roll de transeúnte. Desde esa llegada descrita anteriormente, por un puente peatonal, excluyente y aislado. El tránsito por las calles empedradas que luego de una media hora de camino lastima los pies y se hace insoportable. Además, en este papel, es donde se entiende que, al caminar la traza urbana de Jurica Residencial abunda la exclusión y la preferencia hacia el automóvil y por tanto a los que cuentan con este. Las distancias de la traza urbana lo demuestran, alcanzando medidas de 845 m en una avenida principal y mínimas de 100 m en calles secundarias (ver imagen 1). No mucho más lejos, la banqueta, habla de un desacuerdo o falta de conversación entre vecinos, al estar esta, compuesta por secciones correspondientes con cada vivienda.

 

Gráfico. Variedad en el uso de suelo de los inmuebles y espacios habitados. Fuente: Autora

 

Los muros perimetrales esbeltos, rematados con cercas eléctricas y cámara de vigilancia, llevan al punto de sentir la sensación de que el hecho de caminar la calle, como espacio público, es un delito. Tanto muro perimetral como banqueta es un elemento seccionador del espacio y enmarcan el lote construido, así como el aislamiento de los de dentro y los de fuera de las viviendas.

El uso del suelo acompaña esta sensación de aislamiento mientras se transita por Jurica Residencial, la vivienda, y unos pocos inmuebles de oficinas, una escuela y una zona comercial a la entrada del pueblo, es toda la variedad de uso que se le da a estos terrenos. Ningún comercio local o de abastecimiento básico al alcance de un peatón. Aquí, las viviendas que se asilan, más bien parecen aisladas de la ciudad y sus beneficios públicos.

Al final de Jurica Residencial, La Hacienda, el “puente histórico” y la Capilla “puente religioso”; ambos son un punto en común entre Jurica Pueblo y Jurica Residencial. A pesar de ello, es una zona “muerta” y el uso a tránsito de estos espacios es por trabajo en su mayoría y por tránsito.

Hasta este punto parece que Jurica Residencial le da la espalda a los ajenos a la zona y más que nada a los moradores de Jurica Pueblo, sin embargo, este último también es un límite en sí.

El acceso hacia el pueblo, reducido prácticamente a dos calles cuando se llega desde el residencial. El cambio de traza urbana y la decoración de paredes con grafitis puede ser un indicativo de “no pase” en esta zona.

Nuevamente desde la posición de transeúnte y vividor del espacio público, al recorrer Jurica Pueblo, los límites parecen desaparecer, cuadras que van de 50 m a 100 m máximo, y calles en donde siempre hay personas transitando o entrando y saliendo de pequeños comercios locales. La variedad de uso de suelo da una riqueza y crea un flujo peatonal que le da vida al espacio e invita a caminar, lejos de limitar o alejar.

Al indagar en las costumbres de Jurica Pueblo, descubrimos que semanalmente se realizan dos ferias organizadas por los propios habitantes (Entrevista profundas). Llama la atención la mención de los habitantes de Jurica Residencial como compradores asiduos a esta feria. He aquí un factor de ruptura de límites, y mientras que un pueblo parece excluir al otro, viceversa no se percibe igual.

Sumado a este elemento, el hecho de que la Parroquia, esté ubicada en la Plaza Principal de Jurica Pueblo, invita también a que los habitantes del pueblo vecino sean asiduos a esta plaza y a sus servicios aledaños.

Regresando a Jurica Residencial, y la relación entre habitantes, recordamos que los de Jurica Pueblo trabajan en las viviendas de Jurica Residencial, y he aquí cómo conviven entre ellos a pesar de la diferencia de clases. Desde que se menciona la industrialización de la zona y la llegada de foráneos, esta coexistencia se convierte en un punto donde se refuerzan los límites y la segregación de los barrios “ante los avances de la urbanización, los habitantes de los pueblos o barrios tienden a (re) construir fronteras físicas y/o simbólicas (Silva, 2000)” (Erika, L., & Franco, O. 2013).

A través del vínculo histórico que tienen Jurica Pueblo y Jurica Residencial, se ha normalizado el hecho de que los de un lado visiten el otro y viceversa, sólo para cumplir con esta relación simbiótica de cubrir necesidades y trabajar. A pesar de ser un mismo pueblo, los mismos habitantes se limitan y consideran “normal” todo el contraste de convivencia descrito.

Los límites visibles o no, se pierden en la costumbre, necesidad o imposición social. No son visibles sino a los ojos de los foráneos o estudiosos del quehacer urbano, arquitectónico y social.

 

CONCLUSIONES

La relación de un pueblo con otro e incluso, la relación social y urbana que existe en un mismo pueblo, no sólo debe ser analizada a través de una descripción; menos si se trata de límites establecidos en varios niveles “No basta con una descripción física y demográfica para entender el fenómeno de los límites” (Erika, L., & Franco, O. 2013). La contraposición de sus caracteres e intereses, hacen que a pesar de tener una misma raíz sean completamente diferentes y ello sea fácilmente perceptible en su cotidianidad, y vemos la verdad de que “todo fenómeno social tiene un referente en el espacio.” (Erika, L., & Franco, O. 2013), lo vemos en Jurica, cuando es posible entender los dos territorios como independientes.

Jurica Pueblo y Jurica Residencial concretizan que “El territorio no es un mero escenario de los modos de producción y de la organización de flujos de mercancías, capitales y personas, sino que también es un significante dentro de significados y un tupido entramado de relaciones simbólicas” (Giménez, 2007). En estos, el fenómeno de la segregación espacial ha proliferado de formas distintas construyendo y destruyendo la pertenencia de sus habitantes para con su ciudad. A pesar de ello “Jurica se concibe como un lugar vivido (Michel de Certeau, 2007)” (Erika, L., & Franco, O. 2013).

Las características de sus habitantes y la relación entre los mismos se infieren del uso de sus espacios y la importancia que le dan a estos “Considerar el espacio construido es importante porque nos habla de los sujetos que lo habitan, no sólo es la acción de la gente que vive en el lugar, también está la presencia de otros actores” (Erika, L., & Franco, O. 2013). Los espacios de Jurica, al ser caminado y analizado, anuncian el pueblo y los habitantes que se está por conocer.

¿POR QUÉ SON UN PROBLEMA LOS LÍMITES?

Los límites descritos, existen y no parecen afectar a la vida social, si se mira desde un punto de vista neutral. Son elementos componentes y característicos de un barrio que así ha devenido a la actualidad.

Si observamos más allá, a modo de comparación, Jurica Pueblo y Jurica Residencial son el resultado de dos formas de ciudad. Cada una expone la influencia y relación de la composición urbana sobre las relaciones sociales. En este caso, los límites, cuando son elegidos y cuando son impuestos.

En Jurica Residencial, se muestra la selección propia de estar aislado de la sociedad, es una decisión de quienes eligen vivir ahí. En su mayoría, personas de alta nivel adquisitivo, con un buen estatus económico. Por lo que el dinero es su paradigma, el mismo dinero que los lleva a vivir en Jurica Pueblo, un residencial de casas o condominios lujosos. A la vez, este dinero los lleva necesariamente a encerrarse y buscar una protección tras los muros perimetrales y las cámaras de vigilancia, aislándose de la ciudad que habitan y de sus habitantes. Es por ello que se puede entender este muro perimetral como la expresión de segregación y auto-segregación.

Además, en este caso, el uso de suelo y su aprovechamiento, son evidentes elementos de fuerte influencia en esta problemática. Habla de los espacios destinados a unos y no a otros, de la segregación en términos de espacio, cuando de “un lado” está presente un servicio mientras que en otro no.

Así también, la presencia del enmarcado del perímetro, a través del muro constituye un límite. Es una muestra de aspiración, a la grandeza social y al estatus reflejado. El uso de este muro perimetral, es percibido para los de fuera, como señal de poderío de los que se encuentran dentro. Pues radica también ahí, una intención clasista.

En el opuesto Jurica Pueblo, no dejan de haber límites, aunque su expresión es diferente, más que física, es simbólica, Los espacios de la ciudad muestran pertenencia y su arraigo, lo que muestran a los foráneos como forma de protección. Internamente Jurica Pueblo no tienen límites, más hacia el exterior, excluye a quienes no estén identificados con su religión e idiosincrasia.

Ha de ser observado y atendido en nuestra sociedad actual este fenómeno, dado el incremento de la existencia de la ciudad fragmentada, proliferando como modelo de éxito personal.

“Frente a la presión de la dispersión, la segregación y la segmentación del área urbana como un magma indefinido es fundamental redefinir los espacios públicos urbanos en las áreas de nuevos crecimientos.” (Borja, J., & Zaida, M. 2001, p 10)

Esta forma de crecimiento urbano, que se olvida del espacio público y de las relaciones sociales que este fomenta; queda totalmente reducido al suceder el fenómeno del encerramiento: rejas a las ventanas, dobles puertas de acceso a las viviendas; luego entre vecinos se cierra la calle y por último se coloca una caceta. Todo esto termina seccionando el espacio público como menciona Caldeira en su texto Ciudad de Murallas.

El quehacer urbano arquitectónico, puede ser una forma de evitar la evolución y normalización de este modelo de ciudad dividido y limitado.

Como resultado de la investigación planteada, se encuentran factores fundamentales en el fomento de las relaciones sociales y espaciales, es decir: en la disminución o eliminación de los límites (físicos y simbólicos).

Una nueva forma de ordenamiento territorial, donde se priorice la variedad de servicios, tanto locales como a escala de ciudad.

Una normativa con base a impedir que las calles públicas sean convertidas en vacíos urbanos, al quedar bardeadas por muros perimetrales de viviendas. Sería apropiado implementar una norma o regulación urbana que regule la altura, visibilidad y porciento en que una fachada, con relación directa hacia una calle, es cerrada o no.

Generar intervenciones de diseño para los muros perimetrales ya construidos. En la que estos muros, puedan formar parte de un espacio social, o abrirse hacia la vía pública en un porciento.

Además, se hace inminente, para el caso de análisis, el incremento de áreas de uso público, parques y plazas locales, a distancias caminables, pensadas para el peatón fundamentalmente.

Finalmente, en el caso de los símbolos, estos resultan dar un carácter propio a estos pueblos, por lo que lejos de intentar eliminarlos, se ha de proponer herramientas políticas y sociales de mantenerlos y darlos a conocer para así fomentar la idiosincrasia y carácter de Jurica en sus dos caras, Pueblo y Residencial.

No se intenta con esta investigación, eliminar muros o límites, sino de mostrar la necesidad de crear puentes sociales, que, a través de la arquitectura y el urbanismo son posibles de establecer, y reparar los existentes; evitando así, llegar a un modelo de ciudad de exclusión, segregación y barreras.

 

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[1] Esta investigación es parte de la investigación en curso, tesis de grado nombrada: “Estudio del uso o no uso de muros perimetrales como expresión de la segregación urbana y social en zonas habitacionales.”