Post date: mayo 18, 2015 | Category: Décimo Cuarta Edición Octubre 2014
RESEÑA ACADÉMICA 42°FIC
Rudolf Buchbinder, nació el primero de diciembre en 1946, en Leitmeritz, Checoslovaquia, sin embargo es considerado uno de los mejores pianistas austriacos de su época, ya que estudió desde muy joven en aquel país. Sus datos biográficos indican que…
“…es uno de los pianistas más reclamados en la actualidad. Como solista ha tocado con los más prestigiosos directores y las grandes orquestas y festivales más importantes del mundo. Abarca un amplio repertorio que incluye principalmente la obra de los períodos clásico y romántico, además de un gran número de composiciones contemporáneas. […] En su afán por la rigurosidad interpretativa, Rudof Buchbinder presta especial atención al estudio de las fuentes musicales. Así, su colección privada cuenta con más de dieciocho ediciones de la integral de Sonatas de Beethoven, además de una amplia colección de primeras ediciones y documentos originales. Igualmente, tiene en su haber copias de los manuscritos originales de los Conciertos para piano y orquesta de Brahms. […] Su excepcional registro de la obra completa para piano de Joseph Haydn le valió el alabado Grand Prix du disque”. Musi España. http://www.musiespana.com/artistas/rudolf-buchbinder/biografia_artista/index.html. Consulta: 11 de octubre de 2014.
El Programa 2, interpretado el viernes 10 de octubre de 2014 en el marco del 42° Festival Internacional Cervantino, estuvo integrado por las siguientes sonatas:
Sonata no.5 en do menor, op. 10/1
Sonata no.12 en la bemol mayor, op. 26 ‘Marcha fúnebre’
Sonata no. 22 en fa mayor, op.54
Sonata no.4 en mi bemol mayor, op.7 ‘Grand Sonata’
Sonata en do sostenido menor, op. 27/2 ‘Claro de luna’
De hecho, las 32 Sonatas de Beethoven (conjunto de obras que fueron bautizadas como el Nuevo Testamento de la Literatura pianística), serán interpretadas en su totalidad dentro del 42° FIC, por Rudolf Buchbinder dando muestra sin lugar a dudas de un virtuosismo extraordinario.
En la charla pre concierto del Programa II, llevado a cabo en el Templo de la Valenciana en Guanajuato Capital, el también pianista y promotor musical Lázaro Azar Boldo, comentó lo siguiente sobre el programa a escuchar:
Compartió con los asistentes que en la época en que Beethoven escribió las partituras de sus sonatas, las personas las compraban para tocarlas en casa, caso muy distinto se vive actualmente, ya que quien desee escucharlas lo puede hacer por Youtube en Internet; por lo que hoy en día desapareció esa valiosa costumbre de convivir en casa alrededor de un piano, aprender a tocarlo e interpretar las partituras.
Indicó que en la primera sonata, Buchbinder interpretaría la obra con un sonido “más pequeño, menos vibrante” para crear la ilusión de tocar en un instrumento similar al piano original donde compuso Beethoven las sonatas, también compartió la preocupación de Buchbinder al público de que el piano se desafinaría cuando él tocara fuerte debido al frío dentro de la Iglesia de La Valenciana.
El concierto empezó con la Sonata No.5, en do menor, la cual indicó Lázaro Azar, es la tonalidad representativa del lenguaje musical del repertorio del músico de Bonn, tanto la Sinfonía Patética y la 5ª están en esta tonalidad. De la misma manera comentó que Beethoven gustaba de poner varios “finales”, al término de sus obras, ya que pone fin y otro fin, y en realidad no acaban.
La última pieza fue la muy conocida Sonata en do sostenido menor, op. 27/2 ‘Claro de luna’, al respecto Lázaro Azar, comentó que el inicio es considerado impresionista, donde el sonido es aterciopelado, enfatizó que el virtuosismo de la interpretación de esta pieza no está en la rapidez con que se toca, ya que no se requiere de “muchos dedos”, es decir, el virtuosismo de la interpretación está en el manejo del pedal del piano, ya que tiene que ser exactamente en determinada fracción de segundo para que las notas posteriores suenen “limpias”, y lograr ese ambiente sonoro especial de la pieza: “…soltar [el pedal] para dar continuidad armónica…”, comentó. Por otra parte, de forma contrastante, el final de “Claro de luna” sí demanda “muchos dedos”, es decir, la pieza tiene muchas notas que deben ser tocadas muy rápidamente, por lo que requiere de virtuosismo en ese sentido. De tal manera que la obra tiene un inicio impresionista, pausado, donde se percibe cada una de sus notas y un final tormentoso.
El concierto a momentos pausado y armónico, pero con elementos intensos de gran emotividad, concluyó con el aplauso de pie de todo el público asistente; muy merecido para un pianista como lo es Rudolf Buchbinder, realmente excepcional.