Post date: mayo 18, 2015 | Category: Décimo Cuarta Edición Octubre 2014
CRÍTICA DE ARTE
Previo a hablar del Programa 3 de la segunda temporada de La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG), es necesario hablar de su formación: la OSUG es la orquesta residente de la Universidad de Guanajuato, en México. La OSUG se fundó en 1952 e inicialmente fue dirigida por José Rodríguez Frausto poco después de que fuera inaugurada la escuela de música de la propia universidad; hecho que la convierte en la primera orquesta profesional permanente de una universidad mexicana.
La OSUG actualmente y desde hace varios años ofrece más de treinta conciertos anuales con diferentes directores y solistas, desde su fundación han colaborado con la orquesta de la Universidad de Guanajuato: Eduardo Mata, Kurt Pahlen, Kurt Redel, Leif Segerstam, Neeme Järvi, Pascal Verrot, Tania León, Marcello Panni, Manuel de Elías, Enrique Diemecke, Guido Maria Guida, John DeMain, Jorge Federico Osorio, Claude Helffer, Homero Francesch, Cyprien Katsaris, Katia y Marielle Labèque, Bernard Flavigny, el Trío Altenberg, Christian Lindberg, Gerhart Muench, Jorge Risi, Phillipe Pelletier, Encarnación Vázquez, Ramón Vargas, Verónica Villarroel y Dimitri Hvorostovsky, Edison Quintana, Bozena Slawinska, entre otros [1]. La OSUG es también la orquesta residente del Festival Internacional Cervantino. Además por sus características de amplia capacidad y profesionalismo en la interpretación de diferentes repertorios, ha sido invitada en distintos festivales nacionales e internacionales.
Su concierto inaugural ocurrió el 25 de abril del 1952 bajo la batuta del maestro José Rodríguez Frausto, quien quedó al frente de ella por 34 años. En 1986 asume la dirección el maestro Mario Rodríguez Taboada. En 1992 la OSUG se fusiona con la Filarmónica del Bajío para crear una sola organización de la cual asume la titularidad Héctor Quintanar, quien culmina su proyecto de difusión de la música nacional con la grabación de seis discos compactos de la colección Compositores Mexicanos, integrada por 32 obras inéditas de 23 autores. En 1997 toma el cargo José Luis Castillo quien dio apertura al repertorio sinfónico de la orquesta recorriendo todas las etapas del vasto espectro musical con un acento particular en lo contemporáneo. El maestro Castillo grabó un disco compacto monográfico del compositor Silvestre Revueltas con las dos versiones de Esquinas (1931 y 1933), la suite original del autor de Redes, y la Toccata (sin fuga) para violín y pequeña orquesta. De 2005 a 2011 tomó el cargo de director invitado y asesor musical el maestro Enrique Bátiz […]. En 2012, año en que la Orquesa Sinfónica de la Universidad de Guanajuato cumplió 60 años, designó como titular al maestro Juan Trigos. Se le confirió el nombramiento por su relevante trayectoria internacional como compositor y director. Juan Trigos, al igual que Leonard Bernstein, Carlos Chávez, Gustav Mahler, Pierre Boulez y otros destacados músicos, integró en su perfil estas dos disciplinas […]. En septiembre de 2014 se designó como nuevo director artístico de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato al Maestro Francisco Orozco López, quien ha destacado por su tutela en conciertos y óperas con artistas de talla internacional como el tenor español Plácido Domingo. [2]
En este espacio se abordará concretamente el concierto llevado a cabo la noche del viernes 5 de septiembre en el Teatro Principal de la ciudad de Guanajuato Capital, donde tuvo lugar una muestra de la sensibilidad y magnífico desempeño de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato.
Los músicos de la OSUG, temporada a temporada continúan demostrando su maestría y por qué son considerados La Orquesta Sinfónica más importante del Estado de Guanajuato. La noche del viernes 5 de septiembre de 2014 no fue la excepción, ahora bajo la batuta de el en ese momento director huésped, Mtro. Francisco Orozco López (actual director artístico de la OSUG, quien entre otros cargos ha sido director titular de la Orquesta Sinfónica de Guadalajara y director de ópera en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México), la OSUG evocó atmósferas y sensaciones en el público asistente.
La noche comenzó con la obra “Poema de Neruda” (1948) del compositor mexicano Blas Galindo, uno de los más importantes exponentes del nacionalismo musical, donde el autor aprovechó la métrica y musicalidad propia del poema 15 de Pablo Neruda como medio e inspiración para componer su obra. El poema dice así:
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto. [3]
La interpretación de la OSUG transmitió a los asistentes la cualidad de las cosas sensibles de las palabras de Neruda.
Posterior a la obra de Blas Galindo, siguió el “Concierto para piano núm. 1, Sz. 83” (1926) de uno de los compositores más importantes de la era moderna: el rumano Béla Bartók. La solista de esta obra fue la pianista búlgara Daria Iossifova, quien en la charla pre concierto habló de la vida de Bartók, un niño muy enfermizo que llegó a escuchar más el sonido del piano que de la voz humana —en palabras de Iossifova—, habló también de la inspiración del autor en la naturaleza, su carácter introspectivo y su personalidad poco sociable, que aunado al trabajo incansable y talento lo llevaron a componer algunas de las obras emblemáticas del siglo XX. En su pieza “Concierto para piano núm. 1, Sz. 83”, Bartók dispone del sonido del piano más como un instrumento de percusión que un instrumento melódico, lo que crea una atmósfera sonora única, que fue interpretada de forma magistral por Daria Iossifova; quien en la charla expresó también, lamentar tener que partir de la ciudad de Guanajuato a donde desea regresar nuevamente.
La obra final de la noche fue la “Sinfonía núm. 6 en SI menor, op. 74, Patética”, una de las piezas más conocidas del compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky. Presentada por primera vez en San Petersburgo el 28 de octubre de 1893, La Sinfonía Patética, fue llamada así por Modest Ilich Tchaikovsky, hermano del compositor, debido a que nueve días después de su estreno el autor fallece en circunstancias no del todo esclarecidas. Debido a su “…innovación formal y el contenido emocionalmente incontenible en sus movimientos centrales, la obra fue recibida por el público con silenciosa incomprensión durante su primera interpretación” [4]. No así la interpretación por parte de la OSUG, con matices tanto conmovedores como enérgicos que contundentemente expresaron la sensibilidad del compositor ruso.
Ampliamente ovacionados, el concierto del tercer programa de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG), refrenda la calidad, la fuerza interpretativa y sensibilidad de los más de setenta músicos que integran la orquesta de la máxima casa de estudios y la importancia del apoyo a las artes, que como la música, contribuyen a crear mejores individuos y mejores sociedades.
Índice de citas
[1] Extensión Universidad de Guanajuato. http://www.extension.ugto.mx/index.php/dec/osug. Consulta: 25 de septiembre de 2014.
[2] Ibídem.
[3] Universidad de Chile (De la colección Veinte poemas de amor y una canción desesperada publicada en 1924). http://www.neruda.uchile.cl/obra/obra20poemas3.html. Consulta: 25 de septiembre de 2014.
[4] Holden, Anthony, Tchaikovsky: A Biography. Nueva York: Random House, 1995, p. 351.