Post date: mayo 18, 2015 | Category: Décimo Cuarta Edición Octubre 2014
ARTÍCULO
*Investigación realizada con apoyo de la Biblioteca Armando Olivares Carrillo de la Universidad De Guanajuato.
Cynthia Villagómez [1]
ABSTRACT: Recuperar partes esenciales del sistema iconográfico del libro antiguo, como medio para la generación de ideas creativas en diseño gráfico y diseño editorial.
PALABRAS CLAVE: Libro antiguo, diseño gráfico, diseño editorial, creatividad.
INTRODUCCIÓN
Es indudable la importancia que tiene el estudio del libro antiguo en cualquier área del conocimiento humano, sin embargo y a pesar de que forman parte de nuestro patrimonio histórico social, poco o nada se ha escrito acerca de él y la importancia del estudio de los elementos iconográficos que lo componen y su relación con el diseño editorial actual. Este artículo, entonces, abordará el estudio de esta poco o nada explorada vertiente.
Las páginas de los libros antiguos, son reflejo de su contexto y por tanto de los cánones estéticos de su época, por tanto, los diseñadores editoriales actuales pueden aprender de ellas y hacer de este conocimiento un saber funcional, a través de la experimentación, combinación y relación de estas formas producidas en el pasado, para la producción y diseño de páginas más creativas en el presente.
De cualquier forma, el enlace entre el libro antiguo y el libro actual es consecuencia inevitable de la evolución histórica del libro, sin embargo, sería muy interesante reconvertir y adaptar a nuestro contexto algunos de los elementos utilizados en el libro antiguo, con la finalidad de generar diseños editoriales más creativos, que inviten nuevamente a la lectura a aquellos que no poseen este valioso hábito, así como, paradójicamente, refrescar las páginas actuales mediante una vista hacia el pasado en lo referente al estudio de los elementos que conformaron el libro antiguo y su posible adaptación y reutilización. No obstante, aunque la idea pueda resultar nueva, ya se ha realizado en el diseño gráfico contemporáneo.
En lo que al libro antiguo se refiere, existe disparidad de criterios en cuanto a su definición, pero tomaremos la siguiente: “aquel libro producido antes de 1801, o que siendo aún posterior, ha sido producido a mano o por métodos iguales o parecidos a los de la imprenta manual” [2]. Otra definición más precisa es aquella que considera como libro antiguo “aquel libro que ha sido producido desde la invención de la imprenta hasta finales del siglo XVIII” [3].
Así tenemos que la diversidad de recursos bibliográficos acerca del libro antiguo, puede variar en sus definiciones tanto en los tipos de material empleado como en su cronología. “De hecho, puede incluir un voluminoso códice del siglo X, o un autógrafo de Lope de Vega, por poner dos ejemplos de manuscritos; una Biblia incunable, un edicto inquisitorial del S. XVII, una recopilación de leyes, o unas coplas del S. XVIII, como ejemplos impresos”[4].
Materiales y métodos
Los materiales utilizados para ilustrar la presente investigación son los que brinda la Biblioteca Armando Olivares Carrillo, perteneciente al Departamento de Fondos Históricos de la Dirección de Apoyo Académico (DAA) de la UG, quienes cuentan con servicio de reproducción digital con equipo especializado para libros antiguos. Además del material solicitado, se nos proporcionó un banco de imágenes recolectadas por el personal de la biblioteca. La presente investigación se está llevando a cabo a partir del Diplomado en Libro Antiguo que la propia biblioteca organizó para el cual proporcionó apoyo, además que el tema ha sido expuesto por la que suscribe en varios foros y cursos, a petición de la Biblioteca Armando Olivares. En relación al método de investigación utilizado, ha sido inductivo, por lo que se llevó a cabo la observación y registro de lo encontrado, análisis y clasificación, así como la derivación inductiva de la generalidad a partir de los hechos.
Sistema iconográfico del libro antiguo
La ilustración
La riqueza visual de los sistemas iconográficos del libro antiguo es innegable y uno de los elementos que forma parte de este sistema iconográfico es el grabado xilográfico o grabado en madera, que se usó como medio de ilustración. A finales de la década de los cincuenta del siglo XV se comenzaron a usar letras capitales xilográficas en libros realizados con tipos metálicos; es necesario mencionar que en un inicio los libros realizados en prensa manual, como la famosa Biblia de cuarenta y dos líneas de Gutenberg (de los años 1450-1455), entre otros del período de los libros incunables [5], lo que buscaban era ser semejantes a los manuscritos iluminados [6] medievales, de tal forma que el uso de letras capitulares (regularmente al inicio de los párrafos) eran una forma de imitar a estos bellísimos códices iluminados. Así tenemos que los usos más frecuentes de las imágenes son:
a) Las letras capitulares o capitales. Son las letras iniciales de una unidad de texto (usualmente un párrafo) que poseen un tratamiento gráfico distinto. Fueron las primeras ilustraciones que emplearon técnicas xilográficas, usualmente con propósitos decorativos, aunque son útiles como acotamientos visuales que sirven como descansos al ojo al momento de la lectura; regularmente se encuentran al inicio de párrafos o en la entrada a capítulos.
b) Capitales ornadas. Tienen su origen en las capitales de los manuscritos iluminados, pero adquieren con el tiempo la doble función, decorativa e informativa, porque reproducen la letra con que inicia la primera línea del párrafo, la mayoría de las veces reproducidas con matrices xilográficas.
c) Grabados y viñetas. Son ilustraciones colocadas en diversas partes de la obra, se le llama viñetas si sólo ocupan parte de la página. En el principio de una página o capítulo se llaman frisos o cabeceras y en ocasiones contienen el anagrama del editor o impresor.
d) Páginas orladas. Son grabados en ocasiones de gran tamaño que forman un marco alrededor del texto, su función es decorativa.
e) Portadas. En este caso las ilustraciones y capitales eran usadas de formas muy distintas, en ocasiones dependiendo del período histórico (PEDRAZA: 2003: 92). La portada en el libro antiguo surge sin ilustraciones, y no es sino hasta el siglo XV que poco a poco la ilustración se va incorporando a las portadas. Es en ese momento que se integran a la misma diversos elementos ilustrativos como viñetas, marcas tipográficas, blasones, compartimentos, marcos, frisos y molduras, que aparecen combinadas con otros elementos formando estructuras orgánicas o geométricas, entre otras.
f) Marcas tipográficas. Eran distintivos o marcas comerciales que adoptaban los editores, generalmente se colocaban en la portada o en el colofón del libro (ZAPPELLA: 2001: 559-620, Citado en Pedraza, 2003).
g) Frontispicios. Surgen el siglo XVII y se reproducen por medios calcográficos (grabado en metal), surge como una evolución de la portada y presentan metáforas o elementos arquitectónicos.
Los signos de propiedad
Fueron creados por los propietarios de los libros con la finalidad principal de evitar su robo y la pérdida del libro; es importante destacar que estos signos no aparecieron en los libros en el tiempo en que fueron hechos, sino todo lo contrario, las marcas siempre fueron posteriores. Para manifestar la propiedad del libro existen tres formas: la anotación manuscrita, el exlibris, el superlibros, el exdono y la marca de fuego.
Las anotaciones manuscritas son las más frecuentes, y arrojan en muchas ocasiones otra información además de la pertenencia del libro, tal como fechas, costo del libro, lugar de adquisición, acontecimientos políticos, sociales y personales, entre otros. Por ejemplo, se conoce la probable fecha de la muerte del notable impresor Gutenberg, gracias a una anotación de este tipo que aparece en la solapa de un libro propiedad de un sacerdote de Maguncia, que dice: “El honorable maestro Johannes Gutenberg murió el 3 de febrero de 1468” [7].
El superlibros o superlibris, es una indicación de propiedad que se hace al momento que se realiza la encuadernación (al vender el libro antiguo era una práctica común entregar al comprador el libro en rama (con las hojas sueltas formadas por los pliegos impresos doblados como cuadernillos), de tal manera que el dueño del libro era el que se encargaba de mandarlo encuadernar. Estas menciones de propiedad eran figurativas (incorporaban elementos gráficos simbólicos, heráldicos o incluso retratos a color de los propietarios) y textuales (frases cortas o iniciales del dueño). Los superlibros se solían realizar en color oro y relieve.
Los exlibris, por su parte, aparecen a finales del siglo XV en Italia y son marcas estampadas, impresas o grabadas sobre una etiqueta que se ubica en las primeras páginas del libro y que manifiestan la propiedad sobre un libro; por su precisión y finura se convirtieron en pequeñas obras de arte.
El exdono es una variante del superlibros y el exlibris, es una marca en encuadernación o en etiqueta que recuerda el nombre de la persona que haya donado el libro, si es el caso.
Otro de los signos de propiedad característicos del libro antiguo es la marca de fuego, utilizada únicamente en México, la cual consistía en incidir el canto del libro con un hierro candente, de tal manera que quedaban inscritos el nombre del convento al que pertenecía el libro, o el nombre del dueño en cuestión. El propósito de las marcas de fuego era evitar el robo del libro, estas marcas incluso podían ser acompañadas en el interior con un texto que advertía que a quien robase el libro le sería aplicada la pena de excomunión.
Marcas de identificación
Es una imagen que identifica el origen del libro, pueden ser marcas del impresor o del editor, como la filigrana, que indicaba la calidad del producto. Por otra parte, las marcas del impresor podían ser las iniciales del mismo, posteriormente su escudo heráldico y ya hacia el S. XVI, incluso aparecían representaciones figurativas de la ciudad en la que vivió o nació el impresor, los aspectos de su vida, nombre o apellidos o su actividad.
Ornamentos tipográficos
Son un conjunto de caracteres tipográficos que reproducen una serie de gráficos ornamentales con los que se formaban orlas; dichos gráficos podían ser hojas de hiedra, parra, bellotas, flores, estrellas, soles, corazones, cruces, manecillas, entre otros. También se encuentran los elementos gráficos intertextuales, que son pequeñas ilustraciones incluidas en líneas de texto, éstos tenían relación con el texto, por lo que eran informativas.
Columnas
La utilización de las columnas de texto, usualmente era en una o dos y en ocasiones se ubicaba un recuadro de texto desfasado en relación a la columna principal. Otras formas utilizadas eran la copa o el triángulo invertido, empleando, en algunas ocasiones, ilustraciones intercolumnares.
Otros elementos del diseño editorial
La letra
Los caracteres son elementos básicos de un libro, porque aunque resulte obvio, hay que recordar que fueron hechos para ser leídos. La letra impresa se hizo originalmente imitando la escritura manuscrita, de modo que las primeras letras en libro antiguo fueron resultado de esta condición.
Las fuentes tipográficas se dividen en grupos determinados según sus características. La clasificación clásica de Maximilien Vox de 1953 [8] divide a las letras en los siguientes grupos, sólo se mencionan aquellas presentes en el libro antiguo: a) Manuales: predominio del trazo manual, como las góticas. b) Humanas: se inspiran en las letras humanísticas renacentistas. c) Garaldas: se inspiran en, e incluyen las creadas por los diseñadores franceses e italianos del renacimiento d) Reales: tienen líneas geométricas y perfiles afinados. e) Didonas: aquí se fusionan las características de los tipos diseñados por Didot y Bodoni.
En relación a la disposición del texto, en ocasiones se usaba el “diminuendo”, especialmente en las entradas a capítulo o en las portadas, y consistía en colocar el tamaño de la tipografía de mayor a menor en cada línea completa; este recurso era frecuentemente utilizado en el Manuscrito Iluminado.
Elementos del libro antiguo y sus aplicaciones en el diseño contemporáneo
Hablando de los libros actuales en general, podemos atribuir su simplicidad a factores económicos y funcionales. Estos factores invariablemente repercuten en el diseño del libro, ya que a menor presupuesto, márgenes más reducidos, letra más pequeña en ciertas ediciones, papel de menor calidad, libros con encuadernaciones que al poco tiempo se fracturan estructuralmente, por citar sólo algunos aspectos. La aplicación creativa de los elementos del libro antiguo se sujeta a estos preceptos regularmente.
¿Cómo se podrían diseñar páginas editoriales más creativas basadas las utilizadas en el libro antiguo? Aquí algunos ejemplos:
Figura 1
Folleto promocional “1aJPDU”
Diseño: Difusión DAG Lic. Paul Tarín
Figura 2 y 3
Dummie para la clase de Taller de diseño Editorial
Diseño: Barhlam Benítez
Figura 4
Diseño: Difusión DAG Lic. Paul Tarín
Figura 5
Página del libro Radical Graphics, la utilización de la columna es en forma de copa, similar en composición a las páginas de libro antiguo.
Figura 6
Entrada de la página web de la revista electrónica de diseño Interiorgráfico basada en un motivo barroco. www.interiorgrafico.com
Diseño: Cynthia Villagómez
Conclusión
El diseñador Malcolm Garret mencionó: “Vivimos en un mundo donde el pasado es un pozo sin fondo del que podemos extraer información hasta el infinito” [9]. Es decir, no podemos ignorar la necesidad del estudio e investigación del contexto histórico en el ámbito del diseño, porque la riqueza conceptual y visual que posee lo convierten en un recurso vital para la creación e innovación en la disciplina.
Es menester, para los profesionales del diseño, hacer investigación documental y visual como parte del ejercicio profesional cotidiano y utilizar estos vastos depósitos históricos como herramienta para la creación del diseño contemporáneo, pues sin duda, el diseño actual ha estado tomando recursos de estos depósitos continuamente, quizás de una forma no consciente, por lo que la invitación es a que se realice justamente lo contrario.
Índice de citas:
[1] Depto. de Diseño de la División de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad de Guanajuato. Correo electrónico: oviedo@ugto.mx
[2] PEDRAZA, J.M., (2003). El libro antiguo. 1a edición, Madrid: Síntesis, p.12.
[3] ibidem.
[4] PEDRAZA, J.M., (2003). El libro antiguo. 1a edición, Madrid: Síntesis, p.11.
[5] En Europa los primeros libros impresos por sus características, se pueden diferenciar “…como mínimo en tres estadios distintos: el libro incunable, impreso antes del día uno de enero de 1500, un grupo de libros de transición que se han llamado postincunables, impresos entre esa fecha y 1520, y el libro ya evolucionado que abarca el resto de la imprenta manual.” PEDRAZA, J.M., (2003). El libro antiguo. 1a edición, Madrid: Síntesis, p.80.
[6] Manuscrito iluminado, El periodo del oscurantismo duró 1000 años, desde la caída de Roma siglo V d.C. hasta el Renacimiento en el siglo XV d.C. Los monasterios cristianos fueron los centros culturales, educativos e intelectuales. La influencia romana y bárbara-germana, dieron riqueza y colorido a las artes y oficios, dando origen a los manuscritos iluminados, caracterizado por el extremo cuidado y sensibilidad en el diseño. Los manuscritos iluminados eran de producción costosa y laboriosa, se realizaban sobre pergamino o vitela, para el cual se necesitaban de 200 a 300 pieles de oveja. En el año 1400 d.C. aproximadamente, aparece un nuevo medio de comunicación visual: la impresión en bloques de madera, después se inventó el tipo movible de occidente. Por lo que la producción de manuscritos iluminados continúo durante el siglo XV, y hasta las primeras décadas del XVI, pero este arte que duró más de mil años estaba condenado a la extinción por el advenimiento del libro tipográfico. MEGGS, P., (2000). Historia del diseño gráfico. 3a edición, México: McGraw Hill, p.p. 39-54.
[7] MEGGS, P., (2000). Historia del diseño gráfico. 3a edición, México: McGraw Hill, p.69.
[8] PEDRAZA, J.M., (2003). El libro antiguo. 1a edición, Madrid: Síntesis, p.186.
[9] POYNOR, R., (2002). No más normas diseño gráfico posmoderno. 1a edición, México: Gustavo Gili, p.76.
Bibliografía
HARPER, L., (1999). Radical graphics. 1a edición, San Francisco: Chronicle books.
MEGGS, P., (2000). Historia del diseño gráfico. 3a edición, México: McGraw Hill.
MEYER, T.S., (1994). Manual de ornamentación. 1a edición, México: Gustavo Gili.
PEDRAZA, J.M., (2003). El libro antiguo. 1a edición, Madrid: Síntesis.
POYNOR, R., (2002). No más normas diseño gráfico posmoderno. 1a edición, México: Gustavo Gili.
ZAPPELLA, G., (2001). Il libro antico a stampa: struttura, tecniche, tipologie, evoluzione. 1a edición, Milán: Editrice bibliográfica.
Recursos electrónicos:
UNIVERSIDAD DE BIELEFELD, Biblioteca virtual Alemana. De: http://www.ub.uni-bielefeld.de/diglib/rara/. 17 ene. 2006.
ASSOCIATION OF COLLEGE AND RESEARCH LIBRARIES, Rare Books and Manuscripts Section Directory of Web Resources for the Rare Materials Cataloger. De: http://www.library.upenn.edu/ipc/rarecat.html. 12 feb. 2006.