Monomaterialidad

Post date: abril 01, 2016 | Category: Décima Tercera Edición Abril 2013

Material didáctico

Uso del mínimo número de materiales en los productos o sistemas físicos.

La monomaterialidad se basa en intentar reducir al máximo la heterogeneidad de los materiales empleados en un producto, heterogeneidad que en el caso límite se reduce a un único material. Los diseños de bienes tangibles, deben en lo posible, utilizar un solo material, pues esta característica facilita su limpieza, mantenimiento, reciclaje, reembalaje y reensamblaje. En la medida en que los sistemas aumentan el número y variedad de componentes, la posibilidad de fallos o errores aumenta, además de que dificulta las posibilidades de  reutilizar y reciclar. Incluso un producto que no es posible reutilizarlo nuevamente, como por ejemplo la madera reseca que ya cumplió su ciclo de vida esperado, si es de un solo material puede servir para generar energía, con su quema o combustión.

La monomaterialidad literal sólo puede conseguirse en un tipo de productos con una mínima complejidad interna, como por ejemplo mobiliario de madera, sillas de plástico o piedra tallada. En el ámbito de la construcción, un ejemplo característico de monomaterialidad se produce con construcciones hechas completamente de adobe (incluyendo la cubierta abovedada) o en muros de edificaciones que utilizan bloques que se ensamblan y por lo tanto no requiere ningún tipo de mortero o aglutinante. Una de sus ventajas es que fomenta la simplificación y la eficiencia de los artefactos, haciendo que el desensamblaje resulte más fácil (lo cual favorece una posible reutilización de sus piezas o componentes o el reciclaje de los materiales).1

Entre dos sistemas similares en costo y características funcionales, prefiera el que esta hecho de una sola pieza, pues permite mayor facilidad de limpieza, mantenimiento, pintado y posibilidad de reutilizar. Por ejemplo, una silla con diferentes materiales, juntas con pegamentos al alcohol o uniones con soldadura, presenta mayores dificultades para el mantenimiento y la limpieza (pues los productos para la limpieza o reparación generalmente son para materiales específicos); tiene mayores dificultades para reciclarse, pues se deben separar los diversos componentes.

Productos más simples son sinónimos, casi siempre, de productos más eficientes, con menos riesgo de averías, costes de producción más baratos, más fáciles de reparar y mantener, más comprensibles para los usuarios y más fáciles de reciclar (siempre y cuando se haya contemplado la reversibilidad de las uniones). Para simplificar un producto se sugiere seguir los pasos siguientes:

 

{C}·         {C}Reducir el número de piezas distintas que forman parte del diseño.

{C}·         {C}Reducir al mínimo posible la heterogeneidad de materiales.

{C}·         {C}Diseñar piezas multifuncionales que cumplan diver­sos cometidos.

{C}·         {C}Utilizar piezas comunes en distintos diseños. Reducir la complejidad de los envoltorios.

{C}·         {C}Minimizar la complejidad de las secuencias de mon­taje y desmontaje.

{C}·         {C}Contemplar la concepción del producto desde la pers­pectiva de los usuarios que lo van a emplear.

Utilice este principio sobre todo para sistemas simples, que no requieren incorporar muchos elementos o componentes. Cuando no sea posible utilizar un solo material y sean necesarias piezas para unir los materiales, utilice tornillos o tuercas que sean fáciles de sacar o cambiar, o diseñe de manera que se ensamblen. Evite la soldadura y el pegado fijo o irreversible.  

1  La obra fundamental sobre el tema es Diseño ecológico, de Joaquim Viñolas Marlet, Barcelona, Ed. Blume, 2005, pág. 265.