La ópera Carmen en el festival de peralada y el pensamiento estético de vanguardia. Un caso controvertido.

Post date: octubre 27, 2015 | Category: Decima Primera Edición Diciembre 2011

La ópera Carmen de Georges Bizet[1] en Peralada,[2] fue un caso singular de diseño escenográfico en España, que propicio un debate crítico debido al concepto vanguardista de su puesta en escena. Esta versión, se llevó a cabo en el Auditori Jardins del Castell, bajo la Dirección Artística y Musical de Gianandrea Noseda, Dirección Escénica de Calixto Bieito, Diseño Escenográfico de Alfons Flores y  producida por el Festival Castell de Peralada, en coproducción con la Opera Zuid de Maastrich, julio-agosto 1999.

 

En los roles principales estuvieron los cantantes Anna Caterina Antonacci y Annie Vavrille en el papel de Carmen; Roberto Alagna y Youri Alexeev como Don José; AngelaGheorghiu y Ana Rodrigo en el rol de Micaela y en el papel de Escamillo Lucio Gallo y David Stephenson.[3]

 

Para su estudio, se emplearon imágenes y criticas proporcionadas por los organizadores del Festival Castell de Peralada en Girona. Las imágenes fueron realizadas durante la representación.

 

El Festival de Peralada de acuerdo con Antonio Moral[4], se distingue de otros festivales y teatros de ópera españoles por su rara inquietud de no transitar por caminos trillados.

 

Moral expone que con Calixto Bieito como director el mito de Carmen se actualiza, liberándolo de los tópicos folclóricos y connotaciones sexuales.[5]

 

Lo hace más rico, más moderno y más culto. Su búsqueda va más allá del mundo de Mérimée,…Bieito mueve las fronteras. La Sevilla de hoy es demasiado convencional, resulta poco creíble para un drama tan descarnado. El sur se desplaza. Él lo sitúa al otro lado del estrecho, en una ciudad fronteriza. Tal vez Ceuta o Melilla[6]

 

Moral agrega además que la Carmen de Bieito es una Carmen árida, dura y difícil. Una Carmen sentida y pasional. Una Carmen de cruce de carreteras polvorientas y playas de patera; de duros y aguerridos legionarios; de currantas en guardapolvos malpagadas; de contrabandistas baratos que trapichean con cartones de Winston, botellas de Chivas y radiocassettes Sony; de gente cutre que nunca va a los toros, pero que necesita tener los mitos de los toreros.

 

Por su parte Gonzalo Alonso[7], sostiene que la representación de Bieito es una Carmen muy pensada, fronteriza y marginal, fuera de los tópicos de la castañuela y la pandereta y con una imagen de otra España.

 

Agusti Fancelli[8], añade que la propuesta de Bieito, es precisa algo más radical y contundente, que ofrece un entorno más hostil y duro, capaz de justificar desde dentro tanta pasión desatada en el drama. Agrega, que esta es una propuesta ambientada, en la España de la época de los sesenta.

 

…Encuentra ese entorno en una España fronteriza -¿Ceuta?, ¿Tánger? – rematadamente cutre en el que el tercio de dragones se ha convertido en la Legión…

 

Pablo Meléndez[9], considera que Bieito planteó una dramaturgia completamente renovada del mito gitano, descontextualizándolo y brindándole elementos dramáticos renovados aunque lo sustancial perdura.

 

…hay contrabando, gitanos y militares; pero también hay coches, mujeres alcohólicas, bañistas, cabinas telefónicas, legionarios en la mili. Todo en un intento por explicar con códigos actuales una historia decimonónica[10]

 

La propuesta escenográfica para esta representación se encuentra completamente alejada de los lineamientos clásicos y de las acotaciones de los libretistas. Es necesario aclarar que de forma general resultan desafortunados para el análisis escenográfico los parámetros con que los fotógrafos toman las imágenes durante la representación.

 

La mayoría confiere mayor importancia a los cantantes que a la escenografía, esto limita la clara visión de los actos. Ante esta situación, es difícil establecer la ubicación de los elementos en escena, algo similar sucede con la crítica, dedican más frases a los cantantes y su interpretación que a la ambientación de la escena, sin embargo, los datos proporcionados desde el punto de vista personal de cada crítico, nos permiten visualizar las particularidades que caracterizaron esta representación.

 

I ACTO.

 

Antonio Moral, advierte que el arranque de la obra no puede ser más desconcertante, en lugar de una animada y colorista plaza sevillana se ve un amplio espacio desnudo y oscuro, una cabina de teléfono, un mástil central con la bandera española y un soldado en calzoncillos que, cetme[11] en mano, da vueltas y más vueltas hasta caer destrozado. Es todo, no hay más.

 

…Se abre con la dureza de un cuartel legionario. Un soldado en calzoncillos es castigado a correr en círculos a paso ligero,…hasta desfallecer. Los niños no juegan a los soldaditos, sino que asaltan a la guardia en busca de sustento[12].

 

Alonso, refiere que la cabina telefónica y un mástil en el que ondea la bandera española son los únicos componentes de la escenografía del primer acto.

 

En la imagen del primer acto no es posible observar las características mencionadas por Antonio Moral, pues esta fue tomada probablemente mientras Carmen canta la famosa aria la Habanera. En ella se observa la cabina telefónica iluminada en medio de la oscuridad. Esta imagen habla por si misma de la singularidad de este montaje.

 

Si se trata de reconstruir la escena, los datos proporcionados no serían suficientes, pues en ellos no habla de la ubicación en el escenario de esta cabina.

 

II ACTO.

 

El segundo acto, en la Taberna de Lillas Pastia, que Bieito convirtió de acuerdo con Moral, en un improvisado chiringuito de carretera montado con un par de cajones de cerveza junto a un desvencijado y polvoriento Mercedes.

 

Por otro lado, Alonso considera que este segundo acto, podría ser el más discutido escenográficamente, debido a su planteamiento, conduce a un descampado al que acuden a celebrar un picnic Lillas Pastia, los contrabandistas de tabaco y los legionarios compinchados reunidos junto a un viejo auto.

 

 

Por otro lado, Fancelli, expone que ni Escamillo se salva de ser convertido en un vulgar pegapases que da gato por liebre a extranjeros desinformados.

 

A partir de las palabras de los críticos, se puede establecer que el espacio en escena esta prácticamente libre al ubicarse en ella como únicos elementos escenográficos un auto mercedes y unos cajones de cerveza. Es indudable que este planteamiento proporciona fluidez y movilidad a los personajes en escena. La preocupación por los espacios y desplazamientos no existe.

 

III ACTO.

 

 

En el tercer acto un maletilla desnudo que torea furtivamente a la luz de la luna. Detrás: el gran toro de Osborne como único elemento escenográfico.

 

La sierra de Ronda se ha transformado de acuerdo con Fancelli, en un cruce de carreteras secundarias presidido por el toro de Osborne y los contrabandistas a su vez, en unos sujetos chulescos de medio pelo que trapichean con tabaco, relojes, televisores, neveras y su propia madre si la pagan bien.

 

…El bazar español, todo a precio de saldo. Aquí y allá, acres pinceladas de turismo de sol y playa mas deleznable[13]

 

En esta imagen se puede observar probablemente el encuentro entre Escamillo y don José, antes de que este acuda al llamado de su madre enferma.

 

 

IV ACTO.

 

Alonso, describe como da inicio el cuarto y último acto de la ópera:

 

El mural se desploma violentamente, parte del público se asusta, y comienza el drama final. Aquí los hallazgos son muchos, empezando por la supresión del tan problemático desfile de la cuadrilla torera,…y el asesinato a solas, concentrando el drama[14]

 

El inicio coral del cuarto acto, cuando la multitud se abalanza como loca sobre una simple cuerda situada en la boca del escenario para ver a Escamillo.

 

 

…la escena del pueblo aclamando la llegada de los diestros, pura emoción teatral resuelta con sencillez…con una magistral iluminación[15]

 

Esta imagen proporciona una visión de cómo inicia este último acto y como algunos de los personajes son ubicados tras una endeble vaya de seguridad representada por una cuerda. Todos quieren ver a Escamillo y se aglutinan en este límite para saludarlo. La interacción entre los personajes del pueblo y los toreros se ha suprimido de esta manera.

 

 

Carmen muere en la soledad, lejos del vitoreo de las personas de la plaza.

 

Tal vez esta visión de Carmen, sea mucho más cercana a la novela de Prosper Mérimée,[16] por sus rasgos oscuros, desarrollados ante las necesidades humanas de sobrevivir en  condiciones de vida deplorables.

 

BIBLIOGRAFÍA.

 

ALIER, Roger: Guía universal de la ópera. (I) De Adam a Mozart. Barcelona: Ediciones Robinbook, 2000.

 

ALONSO, Gonzalo: “La Carmen de la otra España”. En: Periódico La Razón. Madrid. 10/08/99.

 

BRUNEL, Pierre – JOUANNY, Robert – HORVILLE, Robert: Diccionario de los Escritores del Mundo. Traducción: Luis Fernández – Ángel García Aller. España: Editorial Everest, 2ª Edición, 1998.

 

El mundo de la ópera. Volumen V. Madrid: Ediciones Tiempo, 1993.

 

FANCELLI, Agusti: “La versión de Carmen de Calixto Bieito juega y gana en su estreno en el Festival de Peralada”En: El País. (Edición Nacional). Madrid. 10/08/99.

 

MARTÍN, Javier (Ed.): Libro de oro de la música en España. España: Orfeo Ediciones, 2000.

 

MELÉNDEZ, Pablo: “Bieito Escandaliza con su atrevida mirada al mito de Carmen”. En: ABC. Madrid. 10/08/99.

 

MORAL, Antonio: “Bieito impacta con Carmen”. Revista Scherzo. Octubre 1999. Año XIV. No. 139.

 

SADIE, Stanley: Diccionario Akal/Grove de la Música. Madrid: Ediciones Akal, 2000.

 

SEGRE, Matilde: “Carmen” En: La Ópera. Enciclopedia del Arte Lírico. Madrid: Ediciones Aguilar, 1981.

 

[1] SADIE, Stanley: Diccionario Akal/Grove de la Música. Madrid: Ediciones Akal, 2000, p. 122. Bizet, Georges (Alexandre César Léopold) (París, 25 de Oct. de 1838 – Bougival, 3 de junio de 1875). Compositor francés. Sus padres, buenos aficionados, le iniciaron en la música, y poco antes de cumplir los diez años fue admitido en el Conservatorio de París. Allí estudió contrapunto con Zimmerman y Gounod, y composición con Halévy, y tutelado por Marmontel llegó a ser un brillante pianista. ALIER, Roger: Guía universal de la ópera. (I) De Adam a Mozart. Barcelona: Ediciones Robinbook, 2000, p. 93. Opéra-comiqueen cuatro actos de Georges Bizet con texto de Henry Meilhac y Ludovic Halévy basado en la novela de Prosper Meérimée del mismo título. Estrenada en la Opéra París el 3 de marzo de 1875. Estrenada en España en el Teatre Líric de Barcelona el 2 de agosto de 1881. El mundo de la ópera. Volumen V. Madrid: Ediciones Tiempo, 1993, p. 44-45. Argumento. La acción se sitúa en Sevilla y en sus alrededores, hacia 1820. En el primer acto, que transcurre en una plaza sobre la que dan la fábrica de tabacos y un cuartel, se produce el encuentro entre Carmen, gitana cigarrera, y el cabo don José, que se enamora de ella y la deja escapar luego de detenerla por orden de su superior, el teniente Zuñiga. El segundo acto transcurre en la taberna de Lilas Pastia, donde un grupo de militares se divierte con las gitanas. Aparece el toreroEscamillo, triunfador de las ferias de Granada, y los militares lo invitan a unirse a la fiesta, durante la cual Carmen coqueteará con él. Luego llega don José, a quien ella propone que suba a la sierra con el grupo de gitanos y los contrabandistas Dancairo y Remendado. Don José vacila entre su pasión y su sentido del deber, pero en ese momento llega Zuñiga y entre los dos hombres hay un altercado en que don José llega a desenvainar su sable. A partir de ese momento la cosa está clara: se ha rebelado contra un superior y no le queda más remedio que elegir la sierra. El tercer acto se desarrolla en la cueva de los contrabandistas, en la montaña. Mientras éstos preparan la estrategia para pasar su carga, Carmen discute con José porque está harta de los celos del soldado. Sucesivamente llegarán al campamento Micaela, que viene a informar al cabo que su madre está enferma, y Escamillo, que pretende llevarse a la gitana: los dos hombres pelean y, finalmente, don José baja al pueblo con Micaela, entre las burlas de Carmen que se queda con Escamillo. El cuarto y último acto transcurre en un espacio abierto frente a la plaza de toros de Sevilla, donde al poco rato entran Carmen y Escamillo cogidos del brazo y declarándose su mutuo amor. El torero entra en el coso y las amigas instan a Carmen a que huya, porque han visto a don José en los alrededores. Pero ella no tiene miedo y cuando el cabo se presenta, exigiéndole que vuelva con él, se niega a ello e incluso arroja a sus pies un anillo que él le había regalado. Don José ciego de ira, le asesta una puñalada mortal.

[2] Peralada. Pueblo perteneciente a la comunidad de Gerona provincia de Cataluña, España. En él se desarrolla desde 1987 El Festival de Peralada dedicado a recitales de grandes voces, conciertos sinfónicos-corales, óperas, espectáculos interdisciplinares de música y teatro, danza, jazz, conciertos de música pop, conciertos de cámara y espectáculos familiares, desde 1992 forma parte de la Asociación Europea de Festivales, consolidándose como un festival de alta calidad. Para conocer más sobre el Festival Internacional Castell de Peralada y en específico sobre la ópera Carmen véase: MARTÍN, Javier (Ed.): Libro de oro de la música en España. España: Orfeo Ediciones, 2000, pp. 190-191.

[3] SEGRE, Matilde: “Carmen” En: La Ópera. Enciclopedia del Arte Lírico. Madrid: Ediciones Aguilar, 1981, p. 269. Los personajes. Carmen (mezzosoprano); Micaela (soprano); don José (tenor); Escamillo(barítono); el Dancairo (tenor); el Remendado (tenor); Zuñiga, el capitán (bajo); Morales, sargento (barítono); Lillas.Pastiá, un guía (mimo). Oficiales, dragones, pilluelos, cigarreras, gitanos, contrabandistas.

[4] MORAL, Antonio: “Bieito impacta con Carmen”. En: Revista Scherzo. Octubre 1999. Año XIV. No. 139. p. 36.

[5] SADIE, Stanley: Diccionario… Op.cit., p.123. Esta ópera es la creación máxima de Bizet  y de la opéra comique, género que  éste transformó al ampliarlo hasta abarcar  la emoción pasional y el final trágico, purgándolo de elementos artificiales e imbuyéndolo de una expresión vívida de los tormentos infligidos por la pasión sexual y los celos. Sin embargo, la obra fue condenada por su libreto “obsceno”, y la música tachada de erudita, oscura, sin color, ordinaria y antirromántica. No llegó a apreciarse su verdadero valor hasta después de la muerte de Bizet, y al principio sólo en la versión revisada por Giraud, en la que los recitativos sustituyen a los diálogos hablados originales (la representación de la versión original es relativamente reciente). La acogida que tuvo Carmen causó una profunda depresión a Bizet; sufrió una nueva afección de amigdalitis, y en junio de 1875 dos ataques cardiacos que terminaron con su vida. 

[6] MORAL, Antonio: “Bieito… Op.cit.

[7] ALONSO, Gonzalo: “La Carmen de la otra España”. En: Periódico La Razón. Madrid. 10/08/99. p. 48.

[8] FANCELLI, Agusti: “La versión de Carmen de Calixto Bieito juega y gana en su estreno en el Festival de Peralada”En: El País. (Edición Nacional). Madrid. 10/08/99. p.23.

[9] MELÉNDEZ, Pablo: “Bieito Escandaliza con su atrevida mirada al mito de Carmen”. En: ABC. Madrid. 10/08/99. p.25

[10] MELÉNDEZ, Pablo: “Bieito Escandaliza… Op.cit.

[11] Fusil de asalto español.

[12] ALONSO, Gonzalo: “La Carmen… Op.cit.

[13] FANCELLI, Agusti: “La versión de Carmen… Op.cit.

[14] ALONSO, Gonzalo: “La Carmen… Op.cit.

[15] FANCELLI, Agusti: “La versión de Carmen… Op.cit.

[16] BRUNEL, Pierre – JOUANNY, Robert – HORVILLE, Robert: Diccionario de los Escritores del Mundo. Traducción: Luis Fernández – Ángel García Aller. España: Editorial Everest, 2ª Edición, 1998, p. 370.Mérimée, Prosper. (1803-1870). Escritor francés, nacido en París. […] Mérimée intentó constantemente escapar de lo cotidiano y ceñirse a la descripción de intensas pasiones, ejemplos: Las ánimas del purgatorio, 1834; La Venus de Ille, 1836 y Carmen, 1845, entre otros. Para complementar información véase además: ALIER, Roger: Guía universal… Op.cit., pp. 93-94. En su condición de hispanista, ProsperMérimée se dedicó a recoger historias curiosas sucedidas en la para él exótica e incomprensible España de la época de su visita (hacia 1820). Parece que algunas de estas historias, como la de Carmen, le fueron contadas personalmente por la condesa de Teba, madre de la dama española que fue emperatriz francesa, Eugenia de Montijo.