Analiza Bartra los extremos políticos

Post date: diciembre 05, 2011 | Category: 20 actualidad

Escrito por M.C.D. Cynthia Villagómez Oviedo   

 Fuente: www.reforma.com

El intelectual mexicano dijo que es necesario poner atención en las manifestación recientes de Medio Oriente

Jorge Ricardo

Ciudad de México  (10 marzo 2011).- El populismo, una mezcla de líderes carismáticos con discursos sentimentales, y una derecha que busca el endurecimiento de los regímenes con el pretexto de la seguridad, son dos extremos a los que puede conducir las sociedades actuales, señaló esta tarde el intelectual mexicano Roger Bartra, en su conferencia «Democracia, identidad y ciudadanía» dictada en la Casa de la Humanidades de la UNAM. 

«La principal alternativa de la derecha se apoya en el tema de la seguridad que deja atrás la política de la prevención, contención y represión para desencadenar una auténtica guerra contra la proliferación y extensión de zonas de anomia, donde los ciudadanos ‘normales’ viven literalmente aterrorizados por las bandas capaces de desplegar un extraordinario nivel de violencia. Esta es la lógica de la derecha moderna que nos lleva directamente a sistemas políticos posdemocráticos».

Frente a eso, agregó, hoy son muy visibles los regímenes curiosamente democráticos, como los de Hugo Chávez o Evo Morales, en América Latina que enarbolan un discurso ideológico con gran carácter emocional que se dirige «al corazón del pueblo». 

La cultura populista ha surgido en diferentes épocas, sostuvo. En América Latina recientemente ha sido el resultado de las tendencias globalizadoras que se miran como la pérdida de una supuesta identidad nacional y como una necesidad de reivindicar una «verdadera democracia», aunque esta actitud es conservadora y derechista y no muy lejana a la aversión de derecha que Europa y Estados Unidos se tiene contra los inmigrantes.

«El populismo», consideró ante unas cien personas, «es una cultura política alimentada por la ebullición de las masas sociales

En este contexto Roger Bartra, autor de La jaula de la melancolía, consideró que una salida posible es la conformación de una «izquierda cosmopolita», que reconozca la globalización como un proceso que inevitablemente en los próximos decenios, que abandone el antiimperialismo de inspiración leninista, que analice los fenómenos laborales cuyo carácter flexible parece necesario cuidando que sus consecuencias no sean desastrosos. 

«La izquierda se ve obliga a desplegar un gran esfuerzo de imaginación para sumergirse en el torrente de la globalización y no ahogarse y que adentro luche por la igualdad. Es necesario aceptar que vivimos un gran problema de inseguridad y que debemos enfrentarla sin escaparnos con las justificación de las causas sociales, pero sin caer en la inútil escalada militar contra el crimen. Es importante modernizar el régimen fiscal a corto plazo y alentar mecanismos igualitarios que no frenen la industrialización y la vida moderna de una economía capitalista avanzada», sostuvo.

El intelectual mexicano dijo que es necesario poner atención en las manifestación recientes de Medio Oriente, las cuales no pertenecen a la izquierda, no tiene eslóganes antiguos, no queman banderas estadounidenses y más bien se trata de jóvenes de clase media que buscan insertarse al mundo.

En su contraparte, como ejemplo la aparente obsesión por la seguridad del Gobierno mexicano en su lucha contra el narcotráfico.

«La ‘guerra’ contra el narcotráfico en buena medida se debe a una crisis legitima del gobierno. El Gobierno federal, como sabemos, es un gobierno de derecha presidido por Felipe Calderón, tuvo muchos problemas en las últimas elecciones y una de las formas en que buscó la estabilidad y generar cohesión fue entablar esta ‘guerra’, entre comillas, esta escalada contra el narcotráfico, para lograr cierta unión, lo que al parecer ha conseguido, pero a un costo muy elevado», dijo.

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