Post date: octubre 18, 2014 | Category: Quinta Edición Junio 2008
El presente artículo busca evidenciar el abuso a nivel laboral del cual son objeto muchos diseñadores gráficos. Mis referentes para la aproximación al estudio son ex alumnos de la Escuela de Diseño de la Universidad de Guanajuato y ex compañeros de la Escuela de Diseño del Instituto Nacional de Bellas Artes en la Ciudad de México —de la cual soy egresada—, así como la experiencia laboral personal en el ámbito profesional del diseño gráfico en la Ciudad de México; Morelia, Michoacán y León, Guanajuato; sin embargo, no descarto que esta situación también se esté presentando en otros estados de la república mexicana.
Es bien sabido que las condiciones laborales en el país no son del todo favorables, ni las más halagüeñas tampoco, si bien porque lo hemos experimentado en carne propia o porque tenemos familiares o amigos que han atravesado por muchas dificultades antes de encontrar trabajo, —si es que lo encontraron—.
Una de las condiciones que prevalecen dentro del ámbito laboral del diseño, es que muchos diseñadores son contratados, no como personal de planta (fijos o con plaza), sino como personal bajo el régimen de honorarios, esto es, el empleado en cuestión debe expedir a la empresa un recibo como constancia del dinero que le están pagando, para lo cual debe estar dado de alta en la “Secretaría de Hacienda y Crédito Público” lo que significa tener una serie de números y letras llamado Registro Federal de Contribuyentes o R.F.C. (conformado por las iniciales del nombre, año, mes y día de nacimiento, con homo-clave que son tres cifras o letras y cifras) que lo posibilitan para trabajar por su cuenta o como persona física, lo que le obliga perentoriamente a declarar y pagar impuestos con ayuda de un contador público, al cual el diseñador deberá pagar sus honorarios (el pago de impuestos y el contador no los paga la empresa).
Otra de las cuestiones más engorrosas del régimen por honorarios (entre otras que veremos a continuación) estriba en que desde ese momento en adelante hay que estar a la caza de facturas que comprueben los gastos que se realizan para que resten dinero de lo que hay que pagar a Hacienda, es decir, si tienes que pagar 4,000.00 pesos (al mes, al trimestre, es variable y depende del Estado de la República donde declares impuestos) y erogaste 500.00 pesos, el I.V.A. (Impuesto al valor agregado) que pagaste en esas compras se resta a lo que debes. El lector podrá pensar que es muy fácil reunir facturas pues estamos comprando bienes y servicios en todo momento, pero la realidad es que no todas las facturas nos sirven para reducir los impuestos, las facturas útiles para este propósito dependen del rubro en el cual fuimos dados de alta ante Hacienda, por ejemplo, si fue como “diseñadores gráficos con actividad empresarial”, entonces podremos deducir con facturas de compras de: papelería, pinturas, papeles, artículos de oficina, computadoras, hardware y software, gasolina (si registramos el auto que tenemos), asistencia a talleres y cursos, entre otros similares.
Las desventajas del régimen por honorarios son:
– El darse de alta ante la Secretaría de Hacienda, genera un compromiso de por vida, es decir, aunque la persona pida su baja temporal en la secretaría (para no pagar impuestos), sólo con un acta de defunción se otorga la baja definitiva en la misma.
– El diseñador no puede hacer antigüedad en la empresa, trabaja por contrato, sin tener la seguridad de que éste sea renovado.
– No cuenta con prestaciones, tales como: fondo de ahorros, Seguro Social, Infonavit, aguinaldo, seguro de vida; ni cualquier otro beneficio similar del que actualmente goza hasta un obrero calificado en una fábrica.
– Declarar impuestos en México sigue siendo un trámite engorroso.
Aunado a lo anterior, he sabido por medio de ex – alumnos de la EDUG (Escuela de Diseño de la Universidad de Guanajuato) de agencias de publicidad o de diseño muy abusivas, donde no hay pagos de horas extra y los horarios de labores rebasan las ocho horas que estipula la “Ley Federal del Trabajo”, los diseñadores en ocasiones tienen que comer en el sitio en cuestión, porque hay mucho trabajo y no hay tiempo de salir.
Un ex – alumno me comentaba que en la agencia de diseño donde presta sus servicios en León, Guanajuato, su jefe le pedía que al terminar su jornada en la agencia, fuera a su casa a instalarle equipos de cómputo, ya que él argumentaba no tener tiempo; en otra ocasión ese mismo jefe suspendió labores en el área de diseño y puso a los diseñadores a barrer y a trapear su lugar de trabajo; no lo señalo porque barrer o trapear sea vergonzoso, al contrario dignifica a quien lo hace, sin embargo, no fue para lo que originalmente contrataron a estas personas, es decir, de qué sirvieron las horas de estudio y las desveladas haciendo proyectos en la escuela, si un malhadado día te van a poner a barrer y a trapear en la oficina, si así va ha ser la cuestión, los profesores encargados de las reformas curriculares en las escuelas de diseño, deberíamos agregar una asignatura con tales propósitos, ya que por lo visto lo necesitarán los egresados.
Debido a lo anterior personalmente considero que los diseñadores jóvenes, sobre todo los recién egresados, deben de considerar dentro de sus opciones de trabajo más seguras, la creación de una fuente de trabajo propia, ya sea a través de la unión con otros colegas (o compañeros de otras disciplinas, como comunicólogos, mercadólogos o administradores) para la creación de agencias de diseño o publicidad; o en la producción de algún producto donde el diseñador tenga oportunidad de desarrollar sus habilidades y capacidades (lo han hecho ya alumnos de la EDUG con líneas de postales o camisetas, por ejemplo). Esto debido a que egresar de una licenciatura no garantiza que se tendrá trabajo.
A este respecto hago la consideración siguiente: “En relación al empleo, la competencia internacional y el cambio tecnológico acelerado han contribuido al cierre de empresas o diversificación de las existentes, esto conlleva a la creación y desaparición de empleos, así como a la proliferación de empleos de baja calidad, porque pagan mal, no hay protección social (en México, IMSS, FONACOT, entre otros), o prevalecen condiciones de trabajo inadecuadas (personas que trabajan 12 horas en líneas de producción con poca luz, espacios reducidos o en instalaciones insalubres, […] De tal manera que, la cuestión del trabajo de por vida que a nuestros padres les tocó vivir, ya no es una opción para las nuevas generaciones.” [1]
Actualmente el diseñador gráfico más capacitado o con conocimientos especializados en algún área específica, será aquel que consiga empleo, lo que ha creado un cuello de botella en las empresas para aquellos que no tengan un “plus” en relación a otros diseñadores. Estas cualidades “extra” a los conocimientos propios de la profesión pueden ser:
– Conocimiento de otros idiomas (inglés, japonés o chino, entre otros). Las empresas grandes cuentan con filiales o clientes en otros países, lo que hace que en ocasiones tengamos que justificar o tratar con clientes en otro idioma. Si el objetivo es la creación de una empresa propia, el conocimiento de otro idioma posibilita el intercambio comercial a otros países con mejores economías que la nuestra o simplemente para ampliar la cultura visual o general haciendo consultas en sitios web en otros idiomas.
– Manejo competente (no sólo tener conocimientos básicos) de software específico, como lo puede ser el conocimiento de programas multimedia (Flash, Dreamweaver, Maya, etcétera) para la realización de páginas web o CD´s interactivos, entre otros.
– En el caso de diseñadores multimedia, el tener conocimientos en programación es importante y sin duda añade un plus a sus conocimientos de diseño.
– Habilidad notable en el dibujo, tener sensibilidad artística.
– Habilidad notable en el diseño, no sólo diseñar “porque se ve bonito”, sino tener propuestas resultado de la reflexión inteligente sobre el problema.
– Capacidad para expresarse de forma adecuada verbalmente, para poder relacionarse, defender y justificar un proyecto frente a los clientes y ser tomado en serio.
– Buena ortografía (en un diseñador algo muy difícil de encontrar lamentablemente) y redacción; por lo regular el cliente no sabe lo que quiere, así que en más de una ocasión el diseñador tiene que hacer frases, construir textos, a excepción de cuando se trabaja en empresas grandes donde se cuenta con un redactor.
[NOTA IMPORTANTE: Todas estas capacidades y habilidades específicas en buena medida se pueden adquirir con el hábito de la lectura, incluso para dibujar mejor, para lo cual recomiendo “Aprender a dibujar con el lado derecho del cerebro” de Betty Edwards].
Para que el lector no se abrume con las características anteriores propias del “Diseñador gráfico perfecto”, es necesario decir, que considero se podrá ser destacado en dos o tres de estas capacidades y habilidades para que se pueda conseguir trabajo, o mejor aún para crear una fuente de trabajo propia.
Finalmente, me gustaría dirigirme a aquellos que no tienen una buena situación laboral en agencias de diseño y es que mejoren sus competencias, habilidades y capacidades a través del estudio (cursos, diplomados, entre otros) y la experiencia que en ese lugar puedan adquirir, con el claro objetivo de salir fortalecidos y con miras a construirse un futuro mejor en otro lugar.
[1] Villagómez, Cynthia. www.interiorgrafico.ugto.mx
Artículo: “Tendencias que afectan la Educabilidad en América Latina”, 2007.
en la reflexión y estudio de opciones cada diseñador encontrará qué le gustaría hacer y a qué le gustaría dedicarse, no se trata de trabajar para vivir, sino de vivir plenamente a través de nuestro trabajo ¿O qué opina el léctor?.