Post date: diciembre 18, 2010 | Category: Décima Edición Diciembre 2010
Escrito por M. en Arq. Alma Pineda Almanza
Tags: Artículos
Resumen
Los aspectos culturales de una nación y sus poblados, sus procesos de formación, deben tomar en cuenta las políticas de gobierno en los diferentes campos de desarrollo. La cultura no se encuentra exenta de este control y es utilizado como medio de organización, de influencia y difusión en todos los niveles de gobierno. El arte, siempre asociado a la creatividad y libertad de expresión, por contrario que parezca, establece esta relación con la política cultural, igualmente sabemos que a través de la historia, no solo en México, el arte ha sido una herramienta del poder. Con la Independencia y la Revolución Mexicana se intenta encontrar una identidad a través de la educación y el impulso a las artes. El arte popular pasa entonces, a un segundo término, dándole prioridad a la cultura de élite[1]. Para la arquitectura popular, viene un reconocimiento de valores primero como parte del patrimonio histórico y arqueológico con Lázaro Cárdenas en 1936 y posteriormente fortalecida con la Ley federal de Monumentos de 1972 se presenta la deferencia de los valores de lo tradicional arquitectónico y con ello un reconocimiento internacional, que obliga a todos los gobiernos a tomar decisiones sobre ésta, en las últimas dos décadas. Estas estrategias políticas que se pretenden llevar a cabo resultan interesantes para comprender la forma cómo el pueblo percibe las sensaciones en contextos manipulados, forzando una identidad al grado de reconocerlo como patrimonio de la humanidad.
Antecedentes
La casa siempre ha representado el espacio ideal de una familia, el espacio donde se imprimen los detalles de identidad y seguridad de cada uno de los que ahí habitan. Tradicionalmente, el campo es el espacio donde los habitantes no solo viven sino también trabajan. Es la célula de un entramado urbano siempre ha estado ahí, desde sus orígenes y posee las características de la región: sus materiales, sus formas de vida, sus costumbres, sus espacios interiores de acuerdo a la actividad que se desarrolla dentro.
Con los cambios de forma de vida y el paso del tiempo estas actividades han tenido que transformarse, no así los espacios materiales. De tal forma que los espacios permanecen, solo cambian las funciones originales para los que fueron creados, se recicla el espacio existencial.
Podemos definir ahora que estas construcciones están cargadas de tradición, y que a pesar del tiempo, las técnicas y los sistemas permanecen. En algunos lugares los nuevos materiales van remplazando poco a poco a los tradicionales hasta que, como en muchas partes del país, van sustituyendo totalmente no solo lo constructivo, sino lo formal.
En la arquitectura se conservan sistemas constructivos con técnicas tradicionales haciendo uso de los materiales de la región. Con frecuencia la pérdida de esas costumbres hace que se revaloren las técnicas artesanales para involucrarlas en la arquitectura tradicional, tomando un valor de exótico.
La arquitectura popular, es la que hace la gente común, es decir la gente del pueblo, sin ayuda de arquitectos. En este punto se debe reflexionar sobre tres diferencias entre el término “popular” que se deben tomar en cuenta en este trabajo. Si la habitación es popular entonces es de autoconstrucción, tiene sus inicios en el campo por lo que se le denomina vernácula, y posteriormente pasa al ámbito urbano con sus respectivas modificaciones adaptándose a la ciudad. Al respecto, Benjamín Valdivia, hace la siguiente reflexión donde además integra el término folklórico:
“distinguiremos como folklóricas aquellas formas que tienen una producción y un consumo comunitario de significados anónimos que se conservan en periodos de largo plazo; mientras que serán populares aquellas formas cuya producción es de un sujeto que se distingue del anonimato tradicional precisamente por su producto, el cual introduce un significado novedoso que es consumido por una masa que no intervino en su elaboración y que dejará la obra en el olvido”
Es importante resaltar que en la arquitectura, de acuerdo con lo expuesto por el Dr. Valdivia, la casa folklórica sería aquella que contiene tradicionalmente materiales, sistemas constructivos y formas, y la arquitectura popular sería el traslado de esta arquitectura folklórica, que identifico como vernácula, hacia la ciudad, o bien dentro de una población pequeña, pero ahora con rasgos más urbanos, que coincide con las características ya citadas como es el hecho del anonimato (autoconstrucción), que introduce significados de poder novedosos entre las otras construcciones, como colocar materiales industrializados y formas derivadas de las construcciones de las ciudades, entre otros símbolos de estatus y de poder.
Una vez analizados los conceptos de lo popular, lo vernáculo, lo folklórico y tomando en cuenta en el análisis anterior se centrará el tema en la arquitectura folklórica que para este efecto nombraré en adelante como arquitectura tradicional. Es precisamente en este tipo de vivienda en la que pretendo señalar las actividades que los gobiernos han tenido en la última mitad del siglo XX hasta nuestros días, identificando algunas de las políticas con la intención de obligar a retener una identidad que pretendía ser original.
Así, las políticas y estrategias de gobierno con respecto a la casa habitación han sido reconsideradas en las últimas décadas por programas de gobierno con fines turísticos, siempre y cuando se conserve su entorno armónico, entonces serán de un tipo, si no cuentan con ese “entorno armónico”, representarán un dolor de cabeza para los gobernantes ya que los estímulos y apoyos federales se verían recortados en programas como “Cien ciudades”, “Pueblos mágicos”, entre otros.
Los cambios que sufre una población con tradiciones debido a la modernización, son cambios lentos, tal y como le ha sucedido a la artesanía que ha sido hecha, antes que nada, con un fin utilitario. Las tradiciones se van adaptando también a la vida moderna y adecuan sus “conocimientos” a las funciones actuales. Una de las características de la tradición es la permanencia de sus conocimientos en el tiempo a pesar de todo.
En la nueva arquitectura popular se ha detectado que viven “tres o cuatro generaciones… emparentados que entran y salen de manera independiente y donde existen cada vez menos arreglos económicos compartidos que comprometan a todos los corresidentes del hogar.”
Estas actividades de la sociedad contemporánea hacen que necesariamente se alteren las formas de la vivienda. Para la casa tradicional que lleva una carga de historia y de identidad, estas transformaciones, generalmente habían pasado desapercibidas, al grado que durante el periodo del funcionalismo y el art decó mexicano en las décadas de 1920 a 1940, las ciudades barrocas, ya transformadas por el neoclásico y los historicismos, fueron cambiando su fisionomía y sin importar lo existente, se realizaron demoliciones o transformaciones con la finalidad de renovar la ciudad, efectuando obras nuevas en contraste con las construcciones originales. Mientras no se tratase de una obra arquitectónica relevante, se podía hacer lo que se deseara.
Es así, que los centros de población se fueron alterando, al grado de que la arquitectura popular fue entonces tomada en cuenta como “arquitectura de valor contextual” y considerada como si fuese un ente en peligro de extinción.
Políticas culturales en el s. XX
Son bien conocidas las acciones del gobierno de Porfirio Díaz en materia de política cultural en la arquitectura, por incorporar su gusto por lo francés representado por el neoclásico de la Academia, los europeísmos, historicismos y eclecticismos de finales del s. XIX y principios del S. XX. En este manejo de la política cultural es evidente la manipulación de las sensaciones de los habitantes.
En las capitales de los Estados la sensación de elegancia y distinción en las ciudades, demostraba la ostentación de la arquitectura y de costumbres recién adquiridas al estilo europeo en la construcción de equipamiento urbano[4] como mercados, teatros, palacios de gobierno y de infraestructura donde son ejemplo las avenidas y paseos; la introducción del jardín francés Plaza Mayor y plazas secundarias, así como las innovaciones e integración de mobiliario[5] : esculturas, kioscos, luminarias, bancas, entre otros.
Una vez terminada la Revolución Mexicana, el país queda sumido nuevamente en un periodo de desasosiego reflejado en todos los campos, pero en esa reconstrucción la arquitectura no era prioridad y mucho menos la arquitectura popular.
Si bien el funcionalismo ayudó a que las ciudades tomaran nuevas formas, lo que se buscaba era tratar de dar un espacio a la gente que emigraba del campo. El funcionalismo en México, representa un periodo sumamente largo que tiene sus inicios una década después de terminada la Revolución Mexicana hasta prácticamente terminada la década de los años 70, aunque la realidad es que todavía en el siglo XXI se siguen construyendo con esas mismas formas debido a la falta de actualización o bien por la moda retro[6] del minimalismo fuertemente influenciada por el funcionalismo.
Para las políticas culturales en el periodo que van de finales de la revolución hasta la década de los años 60, la clase popular quedó limitada a servicios de equipamiento y de infraestructura[7], además de lo referente a la satisfacción de la vivienda creando, ahora sí una nueva arquitectura popular funcionalista, que se ubicaría en grandes edificios habitacionales concentrados en conjuntos[8] , como ciudad Satélite, y el conjunto de Tlatelolco, entre otros, así tenemos que la arquitectura oficialista será además la bandera de promoción política.
Así podemos mencionar algunos ejemplos que son muy claros con respecto al oficialismo “regional” dependiendo el origen de los presidentes de la República en turno, así Manuel Ávila Camacho en Puebla y Lázaro Cárdenas en Michoacán, introducirán en las comunidades indígenas, con una visión socialista, las primeras escuelas que hasta la fecha siguen siendo las únicas en zonas difíciles de acceder como en la sierra poblana, o poblaciones complicadas al sur de Michoacán con gran población indígena y que hasta la fecha en muchas de estas poblaciones siguen siendo lo único que se ha hecho hasta el momento.
El reconocimiento de “lo tradicional popular” a nivel de políticas culturales, se toma en cuenta a manera de capricho por las primeras damas de Luis Echeverría y José López Portillo, de tal forma que los poblados michoacanos, poblanos, mexiquenses y los yucatecos, principalmente, seguirán una política de conservación que consistirá en pintar las casas de blanco con un guardapolvos de color marrón, además se pueden agregar marcos del mismo color que el usado en el guardapolvos, tal y como hasta ahora podemos apreciar en lugares como Pátzcuaro, Cuetazalan, Real del Monte, Cuitzeo, tan solo por mencionar algunos, estrategia muy parecida a las políticas griegas donde las poblaciones de las islas que pueden ser vistas desde el mar, deben dar una imagen armónica donde predomine el azul del mar, contrastando con el blanco de la arquitectura tradicional y haciendo juego con el azul de la carpintería y herrería, de esta forma aseguran la conservación de la imagen urbana tradicional. (Ver imagen 1 ,2 y 3)
La Casa popular del siglo XX.
En la Ciudad de Querétaro, a finales del siglo XVIII y principios del Siglo XIX, Josefa Vergara y Hernández, realizó una serie de obras de carácter social, importantes para el desarrollo del casas, construyó casas de interés social, en la calle de Próspero C. Vega, las cuales podemos apreciar todavía hoy en día, convertida una de ellas en la entrada a un estacionamiento cercano al templo de La Congregación.
Este conjunto de quince pequeñas casas, se caracteriza por la uniformidad de elementos, alturas y materiales, por otra parte aunque en ellas los colores han sido transformados se conservan en su mayoría como en sus inicios. Tienen sistemas tradicionales de construcción y formas que armonizan con la tipología arquitectónica tradicional de la ciudad. Lo interesante de este conjunto es que probablemente se está hablando de los primeros conceptos de casa de interés social dentro de la ciudad, aunque es importante señalar que los antecedentes de este concepto lo constituyen las casas de los campesinos en las haciendas históricas. Sin embargo, la casa urbana en serie requiere un tema aparte para su análisis.
Con el funcionamiento del tren, los trabajadores empezaron a construir casas con un peculiar sentido de uniformidad, como las construidas de madera en el Barrio de Tepetapa en la ciudad de Guanajuato, frente a la estación del tren, pintadas de colores, con una pequeña terraza al frente y delimitado por una cerca de tablas. Otro caso, lo constituyen las casas eclécticas de principios del siglo XX de la estación del tren de San Miguel de Allende hechas de mampostería aparente, igualmente construidas y de manera uniforme de tipología arquitectónica.
En los anteriores casos podemos observar que los gremios de un trabajo en especial, intentan llegar a cierta uniformidad por parte de la autoridad, sin embargo, el fenómeno de la casa popular de las últimas décadas con INFONAVIT[9], ha rebasado cualquier expectativa en lo concerniente a uniformizar, pues si bien CAPFCE[10] , intentó desde 1944 crear un organismo constructor de escuelas, instituciones de educación superior y tecnológicos para todo el país, sin tomar en cuenta las especificaciones de cada zona como el clima, materiales y costumbres, INFONAVIT, le ha superado en trabajo de modernización ya que unifica mediante tipología común, es decir una nueva postura de crear arquitectura popular con un mismo modelo y dirigido desde el gobierno.
INFONAVIT tiene sus orígenes desde 1971 y su la finalidad construir casas para los obreros y proporcionar las condiciones de habitación, comodidad e higiene en cada una de sus viviendas, que termina consolidándose con la Ley Federal del Trabajo, donde se establecen las aportaciones del trabajador para ahorro con la finalidad de obtener una vivienda.[11] En este caso la nueva arquitectura popular pretende ubicar a muchas familias en edificios similares, con departamentos iguales, sin embargo el sentido de identidad hace que cada habitante, trate de distinguirse de cualquier modo, trata de ser diferente, colgando algo por fuera, pintando la puerta de otro color, colocando una maceta, o alguna otra forma que lo distinga de los demás.
Los casos de casa habitación de INFONAVIT no son ejemplo de arquitectura tradicional, el gobierno no ha asumido políticas culturales, fuera de pintarlas de blanco con sus guardapolvos rojos, sus acciones se centran en el aspecto social, oficialista y a veces hasta populista en lo que a vivienda contemporánea popular se refiere, la verdadera arquitectura popular tradicional tendrá un carácter de autoconstrucción y eunaue puedan existir coincidencias, procurarán distinguirse unas de otras. Las casas de INFONAVIT, vienen diseñadas desde los talleres de la institución.
Primeras políticas de conservación de la arquitectura tradicional.
Es durante la primera mitad del siglo XX que las ciudades se transforman, se pierde la continuidad tradicional y nuevos símbolos son utilizados dentro de la arquitectura popular. Independientemente, algunos gobiernos han propuesto sus propios instrumentos de regulación, con todo es un hecho que ningún instrumento será tan poderoso como la LEY FEDERAL SOBRE MONUMENTOS Y ZONAS ARQUEOLÓGICOS, ARTÍSTICOS E HISTÓRICOS, elaborada en 1972.
Es con este instrumento legal de injerencia federal que se empieza a revalorar la arquitectura patrimonial histórica, no tanto por ser popular, sino por sus fechas de construcción. Más tarde esta LEY FEDERAL SOBRE MONUMENTOS Y ZONAS ARQUEOLÓGICOS, ARTÍSTICOS E HISTÓRICOS, permite reformas en el año de 1986 y contempla a la arquitectura popular- tradicional por “su significación en el contexto urbano” como a continuación se expone:
“ARTICULO 33.- Son monumentos artísticos los bienes muebles e inmuebles que revistan valor estético relevante. Para determinar el valor estético relevante de algún bien se atenderá a cualquiera de las siguientes características: representatividad, inserción en determinada corriente estilística, grado de innovación, materiales y técnicas utilizadas y otras análogas. Tratándose de bienes inmuebles, podrá considerarse también su significación en el contexto urbano. (….)”
“ARTICULO 36.- Por determinación de esta Ley son monumentos históricos: I.- Los inmuebles construidos en los siglos XVI al XIX, destinados a templos y sus anexos; arzobispados, obispados y casas curales; seminarios, conventos o cualesquiera otros dedicados a la administración, divulgación, enseñanza o práctica de un culto religioso; así como a la educación y a la enseñanza, a fines asistenciales o benéficos; al servicio y ornato públicos y al uso de las autoridades civiles y militares. Los muebles que se encuentren o se hayan encontrado en dichos inmuebles y las obras civiles relevantes de carácter privado realizadas de los siglos XVI al XIX inclusive….”
El artículo 36, solo menciona que deben ser protegidos, prácticamente todos los edificios, construidos en el periodo entre el s. XVI y s. XIX, aunque no define que es relevante[14] en planes parciales de conservación de diversos lugares con patrimonio histórico, incluso en las fichas de catálogo del INAH, hace la diferencia entre lo relevante y lo de valor contextual. En lo que respecta a esta ley, las construcciones que son consideradas como arquitectura tradicional construidas en el periodo indicado en este artículo deberían someterse a esta ley. Paralelamente el artículo 33 no marca la limitante del tiempo. Pareciera que en este tipo de arquitectura tradicional la importancia radica más en la valoración de conjunto como lo es la delimitación de zonas:
“ARTICULO 40.- Zona de monumentos artísticos, es el área que comprende varios monumentos artísticos asociados entre sí, con espacios abiertos o elementos topográficos, cuyo conjunto revista valor estético en forma relevante.
ARTICULO 41.- Zona de monumentos históricos, es el área que comprende varios monumentos históricos relacionados con un suceso nacional o la que se encuentre vinculada a hechos pretéritos de relevancia para el país.”
El gobierno federal comienza con estas políticas de conservación del patrimonio, sin tomar en cuenta nada de lo referente a la arquitectura popular tradicional. Esta ley queda muy ambigua, pues realmente no dice lo que se puede hacer o no con respecto a las obras históricas artísticas o arqueológicas y nos remite siempre a sacar permisos para que el proyecto sea “sometido a un juicio”.
“ARTICULO 43.- En las zonas de monumentos, los Institutos competentes autorizarán previamente la realización de obras, aplicando en lo conducente las disposiciones del capítulo I.
Lo que es un hecho es que a pesar de no comprometerse explicando lo permitido o no, el INAH se ha encargado, junto con la Secretaría de Turismo, de realizar una serie de documentos que sugieren los cambios “permitidos” en los centros históricos, como el pintar las casas con una gamas de colores amarillos, marrones y blancos, se trata entonces nuevamente es una imposición como ya se había visto en la década de los 60 con el color blanco y guardapolvos rojo. En las guía también sugiere otras restricciones como delimitar las alturas de los inmuebles, evitar los remetimientos y los volados y abrir claros excesivos como los de una cochera, entre otras sugerencias.
Las políticas culturales en las últimas décadas.
Una nueva postura a partir de la década de los 70, es el “repentino reconocimiento de los monumentos”, donde organismos internacionales como el ICOMOS[17], que pertenece a la UNESCO[18], a ambas a su vez dependientes de la ONU[19] , serán un factor importante y de proyección internacional.
Posteriormente, aparecen en escena dos aspectos importantes dentro de las políticas de cultura: por un lado, el reconocimiento internacional de un monumento o zona, que será tan impactante que necesariamente atraerá no solo las vistas a México, sino al turismo. Por otro lado, todas las propuestas que tengan que ver con conservación desplazarán la importancia del poblador tradicional siendo sustituido por el turista, de tal forma que los gobiernos locales realizan sus programas de conservación, de imagen urbana y de rescate patrimonial por los turistas y no para sus pobladores.
A continuación los objetivos de la UNESCO en referencia al patrimonio popular, donde queda clara la importancia del turismo, y con ello la pérdida de la identidad genuina al ser desplazada por el turismo donde incluso se puede crear una identidad a como dé lugar, como ha sucedido en lugares como San Miguel de Allende y Tequisquiapan.
De tal forma se crean instituciones que trabajan en conjunto con Gobierno del Estado, Secretaría de Turismo, el INAH, con sugerencias del ICOMOS para lograr sus objetivos, es así como se emite la Carta Internacional de Turismo Cultural, de donde extraemos estos dos lineamientos:
· “Facilitar y animar a cuantos están involucrados en la gestión y conservación del Patrimonio para que transmitan su importancia tanto a la comunidad anfitriona como a los visitantes. (….) · Animar a las partes interesadas para formular planes y políticas concretas de desarrollo, objetivos mensurables y estrategias para la presentación e interpretación de los sitios con Patrimonio y sus actividades culturales para su defensa y conservación. “
El Gobierno Federal en México trabaja por su parte en otro documento más integrador de las posturas tradicionales y culturales puesto que le reserva un lugar especial a la identidad mexicana, como la Declaración de México sobre las políticas culturales donde podemos observar los siguientes puntos:
IDENTIDAD CULTURAL
1. Cada cultura representa un conjunto de valores único e irremplazable, ya que las tradiciones y formas de expresión de cada pueblo constituyen su manera más lograda de estar presente en el mundo.
2. La afirmación de la identidad cultural contribuye, por ello, a la liberación de los pueblos. Por el contrario, cualquier forma de dominación niega o deteriora dicha identidad.
3. La identidad cultural es una riqueza que dinamiza las posibilidades de realización de la especie humana, al movilizar a cada pueblo y a cada grupo para nutrirse de su pasado y acoger los aportes externos compatibles con su idiosincrasia y continuar así el proceso de su propia creación.
4. Todas las culturas forman parte del patrimonio común de la humanidad. La identidad cultural de un pueblo se renueva y enriquece en contacto con las tradiciones y valores de los demás. La cultura es diálogo, intercambio de ideas y experiencias, apreciación de otros valores y tradiciones, se agota y muere en el aislamiento.
Debemos observar que ahora la importancia del aspecto social se destaca. La estrategia de conservación va más ligada al concepto de cultura como un fenómeno y se aparta de la visión de conservación parcial de monumentos o personajes importantes. También la vida cotidiana aparece ahora con el reconocimiento del aspecto popular y el tradicional que se mantiene vivo y de ahí la posibilidad de realizar políticas culturales.
La influencia internacional y las políticas en la arquitectura tradicional.
La UNESCO a través de ICOMOS, empieza su labor de reconocimiento para proteger el patrimonio que en adelante será mundial. Esta postura representa para cada país un estatus de cultura y de una cierta intelectualidad de sus habitantes que le dará prestigio ante el mundo, asunto que traducido en dinero representa muchos millones de dólares, razón por la cual países como España y Francia, generan estrategias de turismo (políticas culturales) que permiten sostener la economía nacional.
México representa al país de América con mayor cantidad de sitios de valor patrimonial reconocidos a nivel mundial por la UNESCO y ha manejado muy bien diversas modalidades para poder insertar cada vez más algún sitio patrimonial nuevo.
ICOMOS tiene modalidades que van desde reconocer un solo edificio, un conjunto de edificios (sitio o zona), una ruta, un espacio de valor natural, y combinaciones entre lo natural y lo histórico, incluso ahora reconoce actividades tradicionales como la producción de la cerámica talavera, el tequila, el camino del azogue, entre otras actividades:“…en el dominio del patrimonio inmaterial, las fiestas indígenas dedicadas a los muertos han sido proclamadas como la obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad en 2003. México participa en el programa de la ruta de los esclavos en la región América Latina y Caribe. En el territorio de las artes y la industria creativas, el país se encarga de promover las artesanías.”
Actualmente, México tiene registrados veintisiete sitios inscritos en la lista del Patrimonio mundial, veinticuatro sitios culturales y tres naturales.
Los primeros cuatro sitios se registraron en 1987 siendo el centro Histórico de México y Xochimilco, el centro Histórico de Puebla, centro Histórico de Oaxaca y la Ciudad de Montealbán, la Ciudad prehispánica de Teotihuacán, y el más reciente en 2008 el santuario de Atotonilco y San Miguel de Allende.
De 1987 al año 2008, se han realizado obras de recuperación, de restauración y revitalización en los sitios históricos con la finalidad de poder ser distinguidos como Patrimonio de la Humanidad, sin dejar a un lado que esto se ha convertido en una bandera política que tanto gobernadores de estado como alcaldes municipales, no quieren dejar escapar.
Debemos tener en cuenta que los recursos no solo van a fluir de parte de instituciones como la UNESCO, sino además las partidas presupuestales federales contemplan presupuestos especiales para la conservación de los sitios, por esta razón gobiernos municipales y del estado continúan trabajando en esta misma línea. Existe otra “lista tentativa” que tiene ya 33 expedientes nuevos que se encuentran en proceso de deliberación.
Una vez que un sitio tiene el “honor” de ser patrimonio, los gobiernos estatales y municipales deben encargarse de su conservación y difusión, sobre todo para las estrategias de turismo que es el fin último.
Retomando el tema de la casa tradicional, en el caso del ICOMOS y la deliberación de Patrimonio de la humanidad, la arquitectura de valor contextual[25] , con características tradicionales, aunque no sean relevantes han tomado un papel fundamental, sobre todo en la delimitación de los sitios, de tal forma que a pesar de no ser “relevantes” esta arquitectura sencilla deberá controlarse y ajustarse a las políticas culturales.
Un caso muy particular lo representa la nominación de la población de Tlacotalpan en Veracruz, cuya principal virtud es precisamente ser un poblado de arquitectura tradicional, hecha con sistemas y materiales regionales, con colores diversos y pasto en las calles. El proceso de este caso llamó enormemente la atención, pues se buscó sensibilizar al jurado hacia en este tipo de arquitectura sin pretensiones, al grado de contemplar dentro de la nueva lista de espera poblaciones como Cuetazalan del Progreso en Puebla, con características de ser una población simplemente de casitas tradicionales que obedece a su contexto geográfico e histórico; tal y como se había comentado en el inicio de esta reflexión, se trata de un ente en peligro de extinción y por lo tanto debe protegerse. ( Ver imagen 4)
Pueblos Mágicos.
Llama la atención que una vez que se da el reconocimiento a Tlacotalpan, Veracruz a nivel internacional, se descubre una nueva forma de valorar la arquitectura tradicional, ya sea vernácula o tradicional en las ciudades y surge en el gobierno federal un programa que pretende a toda costa obtener recursos con fines turísticos.
Si bien Tlacotalpan fue nombrada patrimonio de la humanidad en 1998, para el año 2001, estaba consolidada la idea de revalorar a los poblados de arquitectura tradicional a través del programa de Pueblos Mágicos, al principio sin muchas restricciones. Otra forma de adquirir un estatus, no internacional, pero estatus al fin, que permite ofertar paquetes económicos, por ser destinos que implican servicios más sencillos, ciudades que ahora son patrimonio de la humanidad como San Miguel de Allende, pertenecían a este programa. Este programa es desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, “contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros”[27] . Y aunque en los objetivos se describa la preocupación por conservar los valores tangibles e intangibles de un patrimonio, es bien cierto que se busca apoyos federales y el impulso de la Secretaría de Turismo para lograrlo y mantenerse como un destino turístico, quedando los valores originales remplazados por un negocio y forzando una identidad.
“Un Pueblo Mágico es una localidad que tiene atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes, cotidianidad, en fin MAGIA que emana en cada una de sus manifestaciones socio – culturales, y que significan hoy día una gran oportunidad para el aprovechamiento turístico (…) serán consideradas aquellas localidades que cuenten con una población base de 20,000 habitantes. (…) Asimismo, la localidad deberá ubicarse en una distancia no superior a los 200 Km., o el equivalente a 2 horas de distancia vía terrestre, a partir de un destino turístico consolidado o bien de una población considerada como mercado emisor.”.
El programa cuenta actualmente con 32 poblaciones, registradas desde el año 2001: Real de Catorce en San Luis Potosí (la primera) y los últimos registros son del año 2007: Creel Parras de la Fuente, en Chihuahua, Jerez de García Salinas en Zacatecas, Mier en Tamaulipas y Huamantla en Tlaxcala.
Debemos reconocer que existe mucho descuido en ciudades con este tipo de patrimonio, y que con frecuencia poblaciones que están fuera de estos programas internacionales o nacionales corren el riesgo de desaparecer, sabemos que existen poblaciones donde la riqueza es mal aplicada, que se les obliga a adquirir identidades que son símbolos de un estatus diferente, muchas de estas poblaciones son reactivadas por economías externas, que buscan aceptación y tratan de lograrla a toda costa, aún con la probabilidad de perder sus orígenes.
La pobreza hace que poblaciones enteras permanezcan intactas en su esencia y son las políticas de gobierno las que con frecuencia acaban con los elementos tradicionales o forzan una identidad de poblados por conveniencia turística.
Las sensaciones en la sociedad y su arquitectura popular mexicana.
La sociedad mexicana suele relacionar sus propiedades inmuebles con la sensación de bienestar y utilidad en una primera instancia. No importa el tipo de construcción en lo referente a elementos compositivos de armonía, proporción, simetría, entre otros, lo importante es hacer la vivienda de “material”, así suele llamársele al concreto armado, a la vigueta y bovedilla o a la losa maciza, como si los materiales tradicionales como la piedra, el adobe o la madera fueran materiales de desecho, sin embargo, la sensación de seguridad se obtiene solo de esta forma.
“Amplios cuartos” con piso de cemento, donde llevar a la familia. Para la familia el hecho de ampliar la casa o construir nuevas habitaciones en el espacio familiar también indica el éxito de alguno de los miembros.
Tradicionalmente estamos hablando de construir con lo ya conocido y establecido por las generaciones pasadas, por otro lado, el más exitoso de los pobladores busca parecerse a los habitantes de la ciudad, tratando de colocar materiales, industrializados es decir, toma modelos nuevos que ha percibido en las ciudades grandes, en las ciudades donde ha trabajado el jefe de familia o en modelos tomados del televisor, este fenómeno nos lleva a una sensación de bienestar social y reconocimiento del resto de la comunidad.
“Lo popular nace de la relación entre vida urbana e industria cultural. «Por momentos lo popular es el sentimiento imposible de distinguir del sentimentalismo.» Pero si, en el ámbito masivo, el cine es el primer vehículo cohesionador y formador del gusto, enseguida lo sigue la radio y lo desplaza la televisión con su producto más vernáculo: la telenovela. El objetivo no tan oculto: alcanzar «la simbiosis pantalla-realidad»”[29] .
En el caso de la ciudad la nueva postura de la arquitectura tradicional y la popular, en las políticas de gobierno, pretende llevar a los pobladores a una estandarización, que permite aminorar gastos en la construcción, sin tomar en cuenta que los habitantes de estos espacios tienen la necesidad de ser diferentes y rescatar una identidad que reflejarán a toda costa en sus hogares.
Imagen 5. Y 6. Pueblo minero de La Encarnación, Municipio de Zimapán, Hidalgo, que ha sido abandonado y conserva su tipología tradicional, sin embargo de la cabecera municipal, Zimapán, llegan trabajadores que deciden el color de las puertas, ventanas y fachadas.
Conclusión.
A lo largo de la historia de México podemos suponer que han existido las políticas culturales generalmente centradas en el aspecto de las artes o de la cultura de élite. Cuando finalmente se toma en cuenta dentro de la política gubernamental, a las políticas culturales en “lo tradicional -popular” y sus diversas posturas, notamos que el asunto de la vivienda no es tan importante: El Porfiriato centra su producción arquitectónica en políticas elitistas cuya obra tiene como finalidad resaltar el poder y despertar el sentimiento de orgullo reflejado en los mitos fundadores provenientes de la celebración de la independencia. Con el Nacionalismo, la arquitectura pretende la búsqueda de la identidad a través de algunos proyectos arquitectónicos fallidos, pero sin ninguna atención especial a la arquitectura del pueblo. Con el funcionalismo, el art decó, y las propuestas de Vasconcelos tomaron forma a través de la obra social y oficialista, escuelas, hospitales, edificios multifamiliares. La propuesta tendía a la promoción socialista, arquitectura del pueblo para el pueblo. Obregón, Ávila Camacho y Cárdenas, mediante propuestas socialistas pretenden igualmente atacar la problemática social. En las tres últimas décadas, los gobiernos panistas han tratado de rescatar las posturas tendientes a reconocer el patrimonio tradicional popular arquitectónico en sus diversos aspectos, y se reconoce una postura en la promoción de programas como “cien ciudades”, “pueblos mágicos” y la promoción de patrimonio de la humanidad a través de los gobiernos estatales y municipales, donde es evidente que las políticas , ahora si, culturales, van dirigidas a obtener prestigio en los diferentes niveles de gobierno y sacar ventaja de los resultados del prestigio a través de promociones turísticas, pasando a un segundo término la opinión de la población, quien vive estos espacios siendo finalmente sustituidos por la del turista.
Observamos entonces, que aún en estos casos donde la arquitectura tradicional se contempla como parte del universo cultural, las decisiones han dejado de ser del pueblo, será el Gobierno a través de sus políticas quien se encargará de forzar la protección de una identidad, que pretende ser la original, sin tomar en cuenta lo que en un principio fue resultado de la espontaneidad.
FUENTES DOCUMENTALES.
Bibliografía. · ARIAS, Patricia, Del arraigo a la diáspora: dilemas de la familia rural, México, H. cámara de Diputados, LX legislatura- Universidad de Guadalajara, Miguel Ángel Porrúa, (2009), 295 p. · BIGSBY, CWE., Examen de la cultura popular, Colección Popular 194, México, Fondo de Cultura Económica. (1982), 410 p. · DECLARACIÓN DE MÉXICO SOBRE LAS POLÍTICAS CULTURALES. Conferencia mundial sobre las políticas culturales. México D.F., 26 de julio – 6 de agosto de 1982 · LEY FEDERAL SOBRE MONUMENTOS Y ZONAS ARQUEOLÓGICOS, ARTÍSTICOS E HISTÓRICOS. Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 de mayo de 1972. TEXTO VIGENTE. Última reforma publicada DOF 13-01-1986, 14 p. · MUÑOZ, Boris, “Historia de la sensibilidad latinoamericana en siete capítulos y medio”. En revista Nueva Sociedad No. 170. Noviembre –Diciembre 2000. Pp 191 a 197. Se trata de un ensayo que analiza la obra de Carlos Monsiváis. Aires de Familia. Cultura y Sociedad en América latina. Anagrama, Barcelona, 2000, 254 p. · VALDIVIA, Benjamín., “Algunos criterios teóricos para la formulación de políticas culturales” en Colmena Universitaria #81. Guanajuato, 2003, 08 pp 57-77.
PÁGINA WEB. · Carta Internacional sobre turismo cultural. ICOMOS, Octubre 1999. http://www.international.icomos.org Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla · DECLARACIÓN DE MÉXICO SOBRE LAS POLÍTICAS CULTURALES. Conferencia mundial sobre las políticas culturales. México D.F., 26 de julio – 6 de agosto de 1982 · http://portal.infonavit.org.mx/wps/portal/EL INSTITUTO/Acerca del Infonavit/Historia [1] Según Benjamín Valdivia, esta cultura “tiene una producción y un consumo restringidos. Sin embargo en términos del poder, los significados de la cultura de élite tienen una mayor influencia e importancia. Su principal característica… es el agregado de sentidos que un objeto recibe por parte de sus consumidores”. En: VALDIVIA, Benjamín: “Algunos criterios teóricos para la formulación de políticas culturales” En. Colmena Universitaria #81, 2003, 8 pp.57-77. [2]VALDIVIA, Benjamín., “Algunos criterios teóricos para la formulación de políticas culturales” en Colmena Universitaria #81. Guanajuato, 2003, 08 pp 57-77. [3]ARIAS, Patricia, (2009), Del arraigo a la diáspora: dilemas de la familia rural, México, H. Cámara de Diputados, LX legislatura- Universidad de Guadalajara, Miguel Ángel Porrúa, p. 263 y 264. [4]Entendemos por equipamiento los servicios con los que debería contar una ciudad para medir la calidad de vida, reflejada con edificios como hospitales, escuelas, bibliotecas, templos, universidades, entre otros. [5] Mobiliario urbano son todos los muebles que adornan y proporcionan un servicio a la ciudad como las bancas, kioscos, botes de basura, entre otros. [6] El término “moda retro” es utilizado en manifestaciones contemporáneas que copian estilos que ya se habían manifestado con anterioridad. [7] Son los servicios con lo que cuenta una ciudad para proveerse de energía, como electricidad, agua potable, drenaje, gas, cable, etc. Algunos urbanistas incluyen vialidades en este rubro. [8] Edificios habitacionales realizados por los ahora famosos Mario Pani, Enrique Yáñez, Losé Villagrán García y Pedro Ramírez Vázquez, entre otros. [9] Instituto para el Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores. [10] Comité Federal De Construcción De Escuelas [11] http://portal.infonavit.org.mx/wps/portal/EL INSTITUTO/Acerca del Infonavit/Historia fecha de consulta 6 de mayo 2010.
[12] LEY FEDERAL SOBRE MONUMENTOS Y ZONAS ARQUEOLÓGICOS, ARTÍSTICOS E HISTÓRICOS. Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 de mayo de 1972. TEXTO VIGENTE. Última reforma publicada DOF 13-01-1986, p. 5 [13] Ibíd. p. 6 [14] La Ley Federal sobre Monumentos, no contiene las definiciones que aquí se indican. Como especialista en el área se podría definir que se entiende por arquitectura relevante, aquella arquitectura que por sus dimensiones, estilo o trabajo a todas vista superior en el diseño que el resto de una comunidad, incluso se tiene arquitecto o constructor reconocido, o bien sucedió algún hecho importante en el inmueble. [15] Ibídem. p. 7 [16] Ibídem. p. 7 El capítulo I se refiere a las disposiciones generales de competencias. [17] International Council on Monuments and Sites. Consejo Internacional de los Monumentos y Sitios. ICOMOS [18]Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (UNESCO) [19] Organización de las Naciones Unidas. [20] Carta Internacional sobre turismo cultural. ICOMOS, Octubre 1999.http://www.international.icomos.org [21] DECLARACIÓN DE MÉXICO SOBRE LAS POLÍTICAS CULTURALES. Conferencia mundial sobre las políticas culturales. México D.F., 26 de julio – 6 de agosto de 1982 [22] wwx.unesco. org. [23]Lista del Patrimonio Mundial , se indica en negritas el único sitio cuyo patrimonio es exclusivo de arquitectura popular: Paisaje agavero y antiguas industrias fábricas en Tequila, (2006), Ciudad maya de Calakmul, Campeche (2002), Zona arqueológica de Xochicalco (1999), Zona arqueológica de Paquimé, Casas Grandes (1998), Ciudad universitaria de Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) (2007), Monasterios del siglo XVI en las faldas del Popocatepetl (1994), El Tajin, ciudad prehispánica (1992), Misiones franciscanas de Sierra Gorda en Querétaro (2003), Centro histórico de la Ciudad de México y Xochimilco (1987), Centro histórico de Morelia (1991), Centro histórico de Oaxaca y el sitio arqueológico de Montealbán (1987), Centro Histórico de Puebla (1987), Centro Histórico de Zacatecas (1993), Centro histórico fortificado de Campeche (1999),Zona de monumentos y centro histórico de Querétaro (1996), Zona monumental de Tlacotalpan (1998), Centro histórico de Guanajuato y sus minas adyacentes(1988), Hospicio Cabañas, Guadalajara (1997), Casa y Estudio de Luis Barragán (2004), Ciudad prehispánica y parque nacional de Palenque (1987), Ciudad prehispánica de Chichen-Itza (1988), Ciudad prehispánica de Teotihuacán (1987), Ciudad prehispánica de Uxmal (1996), Ciudad de San Miguel y santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco (2008), Pinturas rupestres de la Sierra de San Francisco (1993)
[24] A continuación la lista de sitios y monumentos en espera de ser valorados por la UNESCO para ser nombrados Patrimonio de la Humanidad. Se respetan las tres lenguas en las que se encuentran inscritos: español, inglés y francés, en negritas , se indican los sitios en los que la arquitectura popular está involucrada: Properties submitted on the Tentative List: Chapultepec Woods, Hill and Castle (2001) ,Camino Real de Tierra Adentro (2001) ,Historic Town of Alamos (2001), Church of Santa Prisca and its Surroundings (2001) , Pre-Hispanic City of Cantona (2001), Churches in the Zoque Province, Chiapas (2001) , Great City of Chicomostoc-La Quemada (2001) , Historic Town of San Sebastian del Oeste (2001) , Pre-Historic Caves of Yagul and Mitla in Oaxaca’s Central Valleys (2001) , Aqueduct of Padre Tembleque (2001) , The Ahuehuete Tree of Santa María del Tule (2001) , Ludwig Mies Van Der Rohe and Felix Candela’s Industrial Buildings (2001), Railway Station in the City of Aguascalientes and its Housing Complex (2001) , Diego Rivera and Frida Kahlo’s Home-Study Museum (2001) , Vallée des Cierges (2004) , Aire de protection de la flore et de la faune Cuatrociénegas (2004) , Réserve de la Biosphère Selva El Ocote (2004) , Historical Town The Royal of the Eleven Thousand Virgins of Cosala in Sinaloa (2004), Huichol Route through the sacred sites to Huiricuta (Tatehuari Huajuye) (2004) , Complex formed by the Franciscan Convent and Our Lady of the Assumption Cathedral, Tlaxcala (as an extension of Popocateptl) (2004) , Industrial complex of the textile factory La Constancia Mexicana and its housing area (2004) , Région Lacan-Tún – Usumacinta (2004) , Réserve de la Biosphère Banco Chinchorro (2004) , Réserve de la Biosphère El Pinacate et le Grand désert d’Altar (2004), Tecoaque (2004) , Cuetzalan and its Historical, Cultural and Natural Surrounding (2006) , San Luis Potosí on the Mercury and Silver Route of the Intercontinental Camino Real (2007) , Fundidora Monterrey Blast Furnaces (2008) , Historical city of Izamal (Izamal, Mayan continuity in an Historical City) (2008) , Archipelago of Revillagigedo (2008), Los Petenes-Ría Celestún (2008) , Wetlands of Centla and Términos (2008) , Las Pozas, Xilitla (2009) [25] Valor contextual es la casa tradicional, sencilla, hecha por el pueblo y es anónima. El nombre de valor contextual es por la armonía que tienen en conjunto las series de casas. [26] El programa de Pueblos Mágicos, es independiente del Reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad, y no se requiere de uno para poder pasar al otro. [27] Ibídem. [28] Ibídem [29]MUÑOZ, Boris, “Historia de la sensibilidad latinoamericana en siete capítulos y medio”. En revista Nueva Sociedad No. 170. Noviembre –Diciembre 2000. Pp 191 a 197. Se trata de un ensayo que analiza la obra de Carlos Monsiváis. Aires de Familia. Cultura y Sociedad en América latina. Anagrama, Barcelona, 2000, 254 p.
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