PENSAR LA DANZA DESDE MÉXICO. EL CASO DE JOSÉ ANTONIO ARVIZU VALENCIA Y SUS PRELIMINARES PARA UNA ESTÉTICA DE LA DANZA.

Post date: septiembre 25, 2020 | Category: Décimo Octava Edición Diciembre 2018

SECCIÓN: Reseña bibliográfica

PENSAR LA DANZA DESDE MÉXICO. EL CASO DE JOSÉ ANTONIO ARVIZU VALENCIA Y SUS PRELIMINARES PARA UNA ESTÉTICA DE LA DANZA.

Por Juan Granados Valdéz

Universidad Autónoma de Querétaro

Tel.: 01-442-721-3336

Correo-e: juan.granados@uaq.mx

 

Resumen

En las bibliotecas de las Universidades hay recursos muy valiosos de trabajo académico y de teorización no siempre visibles. El reciente interés por dichos recursos con los muy nuevos repositorios digitales e institucionales que ponen al alcance las tesis demuestra el reconocimiento que están teniendo. Para la danza la tesis de maestría de José Antonio Arvizu Valencia representa un hito para la Facultad de Bellas Artes. Hasta hace muy poco la reflexión filosófica no se había interesado por la danza, siguiendo con ello una tradición de soslayo. Uno de los propósitos del estudio de Arvizu Valencia es hacer comparecer en la historia todo testimonio que comporte una mayor cultura teórica y permita darle a la danza un lugar para su consideración estética. Por mi parte sostengo que partir de la lectura de este trabajo académico y de titulación es posible sostener que hay, aunque sea la de un caso o ejemplo, una estética de la danza, en sus preliminares, hecha desde México. Lo cual es una invitación tanto al diálogo como a continuar y desarrollar esta línea de investigación inaugurada por las Preliminares para una estética de la danza (Elementos hacia una filosofía de la danza moderna) José Antonio Arvizu Valencia.

Palabras calve: Estética, preliminares, danza

 

Introducción

En este trabajo me propongo analizar la tesis de maestría de José Antonio Arvizu Valencia (2003) titulada Preliminares para una estética de la danza (Elementos hacia una filosofía de la danza moderna). En lo que sigue, cuando haya citas textuales, únicamente anotaré entre paréntesis la página de la que se obtuvo, pues es este el texto que se sigue para su exposición mediante su análisis. En la Bibliografía se hace la referencia completa.

A partir de la lectura de este trabajo académico y de titulación es posible sostener que hay, aunque sea la de un caso o ejemplo, una estética de la danza, en sus preliminares, hecha desde México. Para llevar a cabo mi cometido me atendré al siguiente orden: en primer lugar, haré mención de algunos aspectos de la biografía intelectual del autor; en segundo, comentaré la estructura de la tesis; en tercero, mostraré las fuentes referidas; en cuarto, me detendré en el método seguido; en quinto, diré cuál es el propósito de la tesis, destacando la problemática y la hipótesis defendida; en sexto, me detendré en el contenido del mismo y los resultados de la investigación de Antonio Arvizu; en séptimo, cerraré este artículo con algunas palabras de conclusión y apertura al diálogo abierto por el trabajo de investigación que analizo.

 

Desarrollo

José Antonio Arvizu Valencia, queretano, nace en 1967. Estudia filosofía en la Universidad Pontificia de México. Se tituló con una tesis sobre la relación entre filosofía y poesía. Vuelve a Querétaro, y entre sus labores docentes, entra a la Universidad Autónoma de Querétaro, sustituyendo al Mtro. José Antonio Hernández Cortina, en la cátedra de Estética. En 1995, aprovechando la coyuntura del centenario del nacimiento del cine, propone un diplomado sobre este arte. Sobre el cine, además de varios cursos en colaboración con el grupo Paideia y el más reciente, ofertado y ofrecido en la FFi de la UAQ, cuyo tema era la cocina en el cine, junto con María Elena Cortés, preparó un conjunto de materiales para la radio universitaria de la UAQ, que tituló Cine-retiniana. Llega al Colegio Nacional de Danza Contemporánea, recién, por esas fechas, trasladado a Querétaro, e imparte cursos de Estética y filosofía del arte. En 2001 y 2002 entrega dos reportes o informes de investigación del Departamento de investigaciones estético-dancísticas del Colegio Nacional de Danza Contemporánea, que aún se encuentran en la biblioteca de la institución y que incluyen textos que conformarán su trabajo recepcional. El Informe de 2001 lleva por título: «Informe de trabajos sobre los estudios del Departamento de Investigaciones estético-dancísticas del Colegio Nacional de Danza Contemporánea». Está fechado así: «Septiembre 2000-Agosto 2001». Los trabajos que incluye son los siguientes: 1. El romanticismo: una consideración sobre la danza; 2. Proyecto de maestría (UAQ), una plástica de la danza; 3. 3 obras plásticas para el siglo XIX sobre la danza; 4. Perceptiva en el siglo XVI (misioneros españoles); 5. La interpretación de la danza en el arribo al siglo XIX; 6. Medio siglo de la danza en México; 7. En pesar por la danza; 8. La danza del primer siglo XX; 9. Oskar Schlemmer: la búsqueda de una danza. El Informe de 2002 lleva por título: «Informe de trabajos sobre los estudios del Departamento de Investigaciones estético-dancísticas del Colegio Nacional de Danza Contemporánea». Está fechado así: «Septiembre 2001-Agosto 2002». Los trabajos que incluye son los siguientes: 1. Identificaciones con la danza; 2. Imaginar la danza; 3. Crisis teológico-estética sobre la danza en el siglo XVI novohispano; 4. El poder y la danza; 5. Bibliografía crítica; 6. La mente de un bailarín; 7. Creación e interpretación de la danza; 8. Hipótesis sobre la ausencia de música para danza en la vanguardia orquestal 1945-1968; 9. Estéticas comparadas; 10. Relación provisional de imágenes sobre la danza; 11. Comentario a las imágenes; 12. Proyecto de titulación. Es nombrado coordinador del mismo Instituto o Colegio.

Inicia sus estudios de Maestría en la Facultad de Bellas Artes de la UAQ. En 2003 se titula de la Maestría en Arte moderno y contemporáneo con la tesis Preliminares a una estética de la danza. Incursionó en la gastronomía y, después de dar clases en una escuela de cocina, fundó y coordinó la licenciatura en gastronomía de la UAQ. Hace el Doctorado en Artes en las Universidades de Guanajuato y la Autónoma de Zacatecas y se titula con una tesis sobre el gusto (Arvizu, 2015). Actualmente es profesor-investigador de tiempo completo de la Universidad Autónoma de Querétaro. Imparte cursos de estética en la licenciatura en filosofía, de estética de la arquitectura en la licenciatura en arquitectura, de estética en la maestría en arte contemporáneo y cultura visual. Así mismo, es colaborador del Doctorado en Artes. Su línea de investigación la ha denominado Estética transversal. La anterior reseña biográfico-intelectual está basada en la presentación-conferencia que hizo el Dr. José Antonio Arvizu Valencia en el Primer Coloquio del Doctorado en Artes de la FBA de la UAQ el 02 de mayo de 2017, en el marco de las actividades del propedéutico del programa de posgrado.

La tesis, Preliminares a una estética de la danza, se compone de ocho apartados. Comienza con una presentación. Pasa después a unas Preliminares. En estas expone las ideas filosóficas y estéticas de la danza de Eurípides, Platón, Aristóteles, Luciano (el de Samosata) y Agustín de Hipona. Le sigue un primer Excursus que se titula «El poder y la danza». Y a este lo sucede uno segundo, que lleva por nombre «Crisis teológico-estética sobre la danza para el siglo XVI novohispano». Terminados ambos viene, un apartado llamado, Considerandos, y que lleva por subtítulo «Una perceptiva del S. XVI». Después viene el Desarrollo. En este se exponen las obras de Antonio Cornazano y El libro sobre el arte de bailar, Thoinot Arbeu y su Orquesografia, Pierre Rameau y El maestro de danza y, por último, Jean-Georges Noverre y Cartas sobre la danza y sobre los ballets. La tesis cierra con sus Conclusiones y la Bibliografía.

Esta última, o las fuentes referidas, utilizadas y consultadas por el filósofo queretano, se pueden clasificar por época de producción y por tema tratado. Las hay de origen antiguo, clásico, y filosóficas y literarias como la Poética de Aristóteles, los Diálogos de Platón, Las diecinueve tragedias de Eurípides, El satiricón de Petronio, las Enéadas de Plotino, Sobre lo sublime de Longino y el De musica de Agustín de Hipona. Se encuentran obras de origen novohispano como la de Fray Toribio de Motolinia, su Historia de los indios de la Nueva España; la de Fray Bernardino de Sahagún, y su Historia general de las cosas de la Nueva España; la de Vasco de Quiroga, y su Información en derecho. También hay obras de Estética, en general o con un marcado sesgo histórico, como la de José Vasconcelos y su Estética; la de Samuel Ramos, Filosofía de la vida artística; la de Schiller y sus Escritos sobre estética; la de Edgar de Bruyne y La estética de la Edad Media. Asimismo, hay obras cuyo tema específico es el de la danza, como las ya mencionadas de Antonio Cornazano, Thoinot Arbeu, Pierre Rameau y Jean-Georges Noverre. A esta, sin embargo, hay que sumar la de Fabritio Caroso, Nobilità di Dame; la de Guglielmo Ebreu, De Practica seu arte tripudii; Miriam Huberman, La danza de la muerte como reflejo de la cultura y la sociedad bajomedievales; André Levinson, La Danse; Adolfo Salazar, La danza y el ballet; Margarita Tortajada, Danza y poder; Paul Valéry, «El alma y la danza» en su Eupalinos y «Filosofía de la danza» en su Teoría poética y estética. Hay otros textos referidos, como El origen de la tragedia de F. Nietzsche.

La tesis de José Antonio Arvizu Valencia Preliminares a una estética de la danza (Elementos hacia una filosofía de la danza moderna) esboza una línea de continuidad teórica sobre la danza desde la discusión de la filosofía del arte en consideración a la casi nula existencia de posturas filosóficas al respecto de la danza misma. Presenta la búsqueda de los antecedentes de la danza moderna en los textos de filosofía y estética de la Antigüedad, entre los siglos V a.C. y V d.C. A partir de ellos se introducen las cuestiones de la danza en general. Ya en la modernidad se contextualizan los temas y los criterios. Esto se consiguió a partir de los testimonios de los misioneros españoles y por el intercambio cultural entre América y Europa. El desarrollo de las ideas estéticas de la danza moderna comienza con el texto de Cornazano de 1455. Llega hasta el de Noverre de 1760. En este lapso, para los fines de la tesis, sólo se repasan las principales obras que preludian la estética de la danza moderna. No se indagaron aspectos técnicos ni coreográficos. Se eligió este camino porque, en un principio, el autor de estos Preliminares quiso profundizar en la obra de Carlo Blasis, teórico de la danza decimonónico, no obstante, dicho teórico se hizo inencontrable. Otra alternativa fue dedicar la investigación a algún teórico o una corriente del siglo XX, pero, además de la abrumadora cantidad de escuelas y autores, había muchas alusiones estériles a la danza en los mismos. La tercera opción a seguir, y que se presentaba a nuestro autor, era documentar las constantes que sobre la danza se han perpetuado en Occidente, pero los inconvenientes se hicieron abismales, entre otras cosas porque el trabajo ameritaba sanear esa misma tradición de los escrúpulos contra la danza, que la exentaban de ser disciplina tratable por la filosofía o la trataban con indulgencia incluyéndola entre las bellas artes. Con esto se ve la problemática de tratar la danza filosóficamente o desde la estética o para hacer una estética de la danza. Así pues, en el entrecruce de caminos, se optó por plantear las preliminares de la etapa conceptual originante de las más trascendentes variables de la danza desde la antigüedad griega hasta la capitulación del Medioevo.

Así pues, la tesis Preliminares a una estética de la danza pretende contribuir a la reflexión estética sobre la danza, desde, en primer lugar, un semblante histórico (que se plantea más bien como un propósito desmedido) y a partir, en segundo, de la acotación en unas cuantas líneas de la tradición verbal, la terminología técnica y la jerga del bailarín (que es, dice el autor de este trabajo, un despropósito). Esta contribución a la reflexión estética de la danza trata de condensar, para fines estéticos, las más amplias caracterizaciones susceptibles de apuntalar un marco teórico y un sustento conceptual referente a la danza, en el marco histórico señalado. Nuestro autor dice que «no aspiraríamos más que a dejar en condición preambular, que introduzca verosímilmente un repertorio nocional adjunto a sus concreciones históricas» (: 2). Lo anterior en la primera parte de la tesis, que va de los autores antiguos a los primeros desarrollos modernos de la danza en su relación con la política y la religión. El desarrollo o segunda parte de la investigación se aboca a la glosa ceñida a los textos que los historiadores de la época refieren como autoridades. El objetivo de esta sección se constriñe al tratamiento del comentario al calce «para detectar supuestos, tecnicismos, estilos de exposición y rutas de análisis que nos permitieran -dice José Antonio Arvizu- trazar el perfil especulativo de las mismas [rutas]» (:2).

Las Preliminares a una estética de la danza, pues, inician destacando que la danza es asumida como una acción primigenia de la cultura, que su ejercicio se hunde en la prehistoria, que comporta valores etnológicos y que depende de la música. Estas asunciones llevan a inferir que la danza se aleja de expresiones culturales superiores más civilizatorias, que el lenguaje de la danza es fugaz e irregistrable y que carece de un régimen propio para una estética de la misma. Aunque los supuestos tienen razón, hace notar nuestro autor, más bien motivan a insistir en rastrear y hacer comparecer en la historia todo testimonio que comporte una mayor cultura teórica y permita darle a la danza un lugar para su consideración estética. Después de pasar rápida revista a la historia de tiempos primitivos, de algunos mitos, especialmente occidentales, y algunos datos religiosos, José Antonio Arvizu va a las Preliminares y comienza su avance por los documentos de la antigüedad que hablan de la danza. En lo que sigue pasaremos revista a las partes, los capítulos y los apartados del texto que venimos analizando y que adelanta, desde México, unas preliminares de una estética de la danza.

El primero de los autores tratados, por el filósofo queretano, es Eurípides. Antes de morir escribió una tragedia sobre Dionisio (Baco o Bromio), llamada Báquides. La obra versa sobre el antagonismo entre Dionisio y Penteo. La obra de Eurípides es una «muy relevante alusión directa a la danza como fenómeno cultural, mítico, religioso, político, moral» (: 9). No obstante, no se menciona en la obra de Eurípides, dice Antonio Arvizu, a la musa de la Danza, esto es, a Terpsícore. El nombre mismo de la diosa comporta un aval estético. Se compone de choreia, que es danza, y Terpsis, disfrute inofensivo. Terpsícore significa «deleite de bailar». El segundo de los autores tratados por el esteta queretano es Platón. Recuerda que sobre la danza el filósofo ateniense hace menciones o alusiones en sus Diálogos, especialmente la Apología de Sócrates, el Cármides, el Laques, el Eutifrón, el Hipias mayor, el Ión, la República y las Leyes, entre otros. «La danza en la obra de Platón -sostiene Arvizu Valencia- servirá para la tipificación de momentos formativos del ciudadano», como pasa en la Apología. Otros temas tratados en las obras de Platón son la sacralidad de la danza, la inspiración y su carácter de don divino, su relación con la música, su carácter lúdico y sus implicaciones éticas con la infancia o los niños que en los juegos y los bailes preludian su vida adulta. Esto último vuelve a la formación del ciudadano. El tercer autor antiguo, de estas preliminares necesarias, es Aristóteles. Para el estagirita la danza, como el resto de las artes, es reproducción por imitación. Es, recuerda Arvizu Valencia, el arte que «imita con el ritmo, sin armonía» (: 10), con lo que Aristóteles rompe la dependencia de la danza respecto de la música. La expresión del bailarín surge de su propia ejecución, no de la comparsa de instrumentistas. El mismo Aristóteles señala que los danzantes mediante ritmos convertidos en figuras imitan caracteres (ethos), pasiones (pathos) y acciones (praxis). El ritmo es el medio de la imitación. Asimismo, la danza se vincula con el espectáculo y el portento y si Aristóteles es restrictivo en algunos puntos, lo es contra los malos bailarines como con los malos actores, no contra la danza. El cuarto autor tratado es Luciano de Samosata, heredero de dos culturas, la griega y la latina. Escribió un texto titulado Sobre la danza. Se trata de un diálogo entre Licino y Cratón. Contra las razones que éste tiene en contra de la danza, Licino desarrolla una serie de argumentos a favor de ésta. Uno de ellos es que el bailarín es un pantomimo (la obra de Luciano también ha recibido el nombre Sobre la pantomima), es decir, un imitador de todo, y, por tanto, el mejor intérprete o traductor que pueda haber. Al final Cratón transige y da la razón a Licino. La obra es una defensa de la danza y en ella confluyen ideas platónicas, aristotélicas y neoplatónicas. El último autor antiguo, del que se pueden extraer ideas sobre la danza, hacia consideraciones estéticas, es Agustín de Hipona. En una obra suya, De Música, que no es un tratado de los sonidos instrumentados sino de métrica, fonética y estilo, es decir, es un tratado del arte liberal, alude a la danza. Ella deleita porque sus movimientos son modulados, pero el sentido último de éstos, no los alcanzan los sentidos, sino la razón, a quien toca interpretar la danza. Esto mismo lo dirá en otra obra suya, De Ordine, pero que Antonio Arvizu no menciona en esta exposición. Hasta aquí queda expuesta la primera parte de las Preliminares a una estética de la danza, con el repaso de estos autores y partir de los cuales consiguió Antonio Arvizu las variables de la reflexión estética sobre el arte danzatorio que se seguirá hasta la Edad Media y la Modernidad.

Antes de entrar en el Desarrollo o segunda parte de la tesis, Antonio Arvizu adelanta dos Excursus y unos Considerandos, ello con ocasión de contextualizar mejor a la estética de la danza desde la política y en tierras mexicanas desde el testimonio de los frailes evangelizadores. El primer Excursus, sobre el poder y la danza, comienza diciendo que «Bailar implica una potestad. El dominio del cuerpo. Este acto de sometimiento ha implicado también la posibilidad de un señorío que a lo largo de la historia extiende sus manifestaciones de las más diversas formas. El bailarín, como interpreta, concentra y genera admiración y recelo: la arrogancia de quien está facultado al ejecutar y el desdén del impedido que admira» (: 34). En estas líneas se vislumbra el recorrido histórico que enseguida hace y cuyo tema es el de una política de la danza. La danza es sujeto de la política. Ella ejerce el poder. En otro sentido, pero en la misma línea, la danza, o los tipos de bailes, también son objeto de la política. De ahí que en el segundo Excursus trate de la polémica que ciertas danzas provocaron, ora en España, como la morisca, la danza más extendida por Europa en el siglo XVI, ora en la Nueva España, en donde los danzantes ganaron y perdieron, ganaron el atrio y perdieron el templo. Ya en los considerandos pasa revista a algunas misiones españolas del siglo XVI, a saber, Vasco de Quiroga, Bartolomé de las Casas, Toribio de Benavente y Bernardino de Sahagún. En este apartado observa las impresiones estéticas de los misioneros con la sensibilidad de los nativos, «en orden a justificar el influjo que se verá en la teoría dancística europea a partir de un mestizaje estético» (: 46).  Enseguida de lo anterior viene el Desarrollo o la «Revisión de las ideas estéticas sobre la danza desde el Renacimiento hasta Noverre».

Como ya se adelantaba el Desarrollo pasa revista a las obras de Cornazano, Arbeau, Rameau y Noverre. La finalidad de hacerlo así era para encontrar en ellos, en el inicio y el auge de la Modernidad, las claves de la reflexión estética sobre la danza. Acercarse a la danza y su práctica comenzará con el análisis de espacios, movimientos y variedades de ejecución que obrarían en el bailarín como pautas a memorizar en una estética toma de conciencia de su quehacer y ejercicio. Con Cornazano se ganan apuntes favorables sobre la relación entre danza y música.

[1] Orchésographie. Et traicte en forme de dialogve, par leqvel tovtes personnes pevvent facilement apprendre & practiquer l’honneste exercice des dances de Thoinot Arbeau (1519-1595)

 

Para Arbeau las bondades de la danza están en su retórica muda, pues hace comparece prácticas amatorias, lenguajes sociales, arte musical y virtudes corporales en la práctica del bailarín, Él mismo defenderá el carácter divertido de la danza, contra el efectismo de la ejecución. Asimismo, adelantará una analítica del cuerpo en búsqueda de una gramática del físico del bailarín para fundar las capacidades de los miembros móviles. En Arbeau, dice Antonio Arvizu, «creemos encontrar la clave de una estética del bailarín en la idea de transfiguración, según la cual, no se bailan danzas sino se baila el cuerpo, extrayéndosele formas escondidas por la falta de móviles e inspiración» (: 110).

[2] Traité de l’harmonie de Jean-Philippe Rameau.

 

En Rameau se observan los cuidados específicos, que, con comedimiento pedagógico, merece la danza. Acotará afanes inovadores en favor del espíritu de emulación. Hurgará en el sencillo acto de caminar el referente mismo de la danza. Invoca la gestualidad, también, como un lenguaje alterno al de los ademanes sociales. Incorpora el papel femenino en el entrañable y elocuente capítulo estético de ser invitado a bailar. La danza, pues, es, se percata de ello Rameau, un arte convocatoria, inclusiva y comprometedora.

[3] Jean-Georges Noverre, Lettres sur la danse et sur les ballets. Primera edición (1760)

 

Noverre aporta la reflexión comparativa y la necesidad de buscar al bailarín sobrio, al espectáculo esculpido de necesidades, carente de ornatos. Es un autor de genio y del talento que denuncia amaneramientos en la cultura de los ballets y busca en artes afines elementos de ajuste artístico que depuren tanto al espectáculo como al intérprete. «De nuevo la transfiguración como momento milagroso se consigna como testimonio de una lengua madre, de un idioma universal» (: 111). Abandona, Noverre, dice Arvizu Valencia, las promesas emancipadoras de la danza, deja fuera a los autómatas y el aparato, para defender el espectáculo, el instante apropiado, el sentido del ensayo y el valor del denuedo inapreciado. Se trata un poco de la tesis del bailarín salvaje. Y hasta aquí con la revisión y los saldos de esta para una Estética de la danza o, como dice el subtítulo, una filosofía moderna de la danza.

 

Conclusión

A partir del análisis que propuse de la tesis del Dr. José Antonio Arvizu Valencia -análisis breve por las condiciones de este trabajo y su presentación- quisiera hacer notar que, en primer lugar, hay documentos perdidos u ocultos en las bibliotecas de las universidades que encierran un gran valor para, en este caso, reflexionar sobre la danza o, mejor dicho, insistir en una filosofía de la danza desde México, pero no olvidando la cultura Occidental y Universal. En segundo lugar, las Preliminares para una estética de la danza que responde a una problemática nacida de una serie de carencias en nuestra lengua, de nuestras investigaciones y de nuestra condición, como apuntábamos. El recorrido histórico y filosófico que hace José Antonio Arvizu Valencia permite rescatar las variables más señeras de una estética de la danza desde la Antigüedad y hasta finales del siglo XVIII. Abre una discusión en torno a una noción que se repite en la Modernidad, a saber, la transfiguración como concepto o categoría estética de la danza.

 

Bibliografía

ARVIZU, J. Antonio, Preliminares para una estética de la danza (Elementos hacia una filosofía de la danza moderna). Querétaro: UAQ (Tesis que como parte de los requisitos para obtener el grado de Maestro en Arte: Estudios de Arte moderno y contemporáneo), junio de 2003.

ARVIZU, J. Antonio, Estética e ingesta. Reconsideraciones en torno al gusto desde una cultura gastronómica. Guanajuato: UG, División de Arquitectura, Arte y Diseño (Trabajo de titulación en la modalidad de tesis que para obtener el grado de Doctor en Arte), Enero 2015

 

Notas de pie de página

[1] Dominio público; File:Arbeau 1589.jpg; 1588. december 31.

[2] Dominio público; File:Rameau Traite de l’harmonie.jpg; Subido el: 10 de diciembre de 2005

[3] Dominio público; File:Noverre 1760.jpg; Creado el: 31 de diciembre de 1759