El nexo del concepto de Arte en el Diseño Gráfico y sus implicaciones

Post date: mayo 18, 2015 | Category: Décimo Cuarta Edición Octubre 2014

ARTÍCULO

Un problema básico para internarse en el estudio

del campo del Diseño

 lo constituye su heterogeneidad

Tapia 2003, p. 11

 

Es tanta la heterogeneidad de la palabra Diseño (que incluye al Diseño Gráfico en específico), que se emplea de una manera indiscriminada, se abusa y se confunde su sentido, a tal grado, como lo expresa Yves Zimmermann, que se concibe como “una nueva forma de arte” (1996, p.46), idea que persiste en la mente de la mayoría de las personas, incluso hasta en la de los mismos diseñadores.

 

El proceso de diseño está lleno de inconsistencias teóricas, lo que ha provocado que muchas de ellas sean consideradas como parte del idealismo cognoscitivo utilizado por los diseñadores sólo para justificar la mística de su trabajo, y es que   utilizan el hermetismo en sus procesos de trabajo para no justificarlo, porque simplemente no pueden hacerlo. Zimmermann (1996, p.46) explica que la demanda de “artisticidad” a los diseñadores ha sido una política adoptada por muchas empresas importantes. En efecto, en los años sesenta del siglo pasado se encargaban diseños sin ningún tipo de “brief” (aunque en el siglo actual todavía es común). Lo que se esperaba era algo original, creativo, no visto: una obra de creatividad artística con finalidad comercial (caso que se inicia con Toulose-Lautrec y Alphonse Mucha); siendo así, el diseñador gozaba de una libertad creativa parecida a la del artista pintor.

 

El Diseño Gráfico comenzó a existir en el imaginario popular a partir del momento en que comienza a adoptarse la modalidad de los medios de comunicación masiva para difundir su trabajo a partir de la revolución industrial, que con sus procesos de producción en línea, favorecieron un modelo económico distinto en donde surge al necesidad de diferenciarse y promoverse; lo que no existe es una figura que se encargue de esas nuevas necesidades, por lo que se recurre a lo más próximo, al ilustrador, al pintor, al arquitecto. Justamente a mediados del siglo XIX Toulouse-Lautrec y otros, comenzaron a crear carteles para vender productos de empresas[1]. El cartel, como sustituto del lienzo del pintor, es el primer ejemplo de lo que se llamó “arte publicitario”, también conocido como “arte aplicado”, así la actividad de los pintores dio lugar al desarrollo de disciplinas profesionales tales como el Diseño Gráfico, Textil, Industrial, que posteriormente se agruparon bajo el concepto genérico de Diseño. Los objetos o productos que de ellos derivan son diferentes, pero motivados a conseguir un fin concreto y utilitario.

 

Con respecto a lo anterior, no es raro entonces que se haga una relación entre Arte y Diseño Gráfico, dado que éste último expresa de manera evidente en sus productos esta conexión, puesto que utiliza al igual que la pintura, imágenes, colores y signos de todo tipo como medio de expresión para producir un significado. Por otro lado, el Diseño Gráfico ha adoptado ciertas maneras del arte para dar a conocer su quehacer. Abundan los concursos y premios de difusión restringida sólo para diseñadores y que apelan mucho más a la apariencia agradable que al concepto de comunicación, el cual no parece ser evaluado, considerando que por quien tendría que ser justamente tasado es por el mercado meta, olvidado por completo en la gran mayoría de los eventos de este tipo.

 

Lo anterior resulta ser un panorama breve del Diseño Gráfico, veamos ahora el pensamiento que permea con respecto al Arte. La creencia de que el Arte es una ocupación intelectualmente no exigente, adecuada para la diversión y la distracción, es una cuestión que tiende a prevalecer en el pensamiento actual; basta con pedirle a cualquiera que nombre a cualquiera de los grandes intelectuales de la historia para dar cuenta de este pensamiento, la mayoría mencionará a Newton, Einstein, antes que a Goya o a Picasso, esto debido a que el genio artístico es algo de leyenda, una especie de don sobrehumano y no un rasgo intelectual sujeto de alguna valorización.

 

Si hiciéramos una clasificación de los campos que exigen un potencial intelectual, la mayoría de la gente situará al físico antes que al pintor, al ingeniero antes que al poeta, al matemático antes que al compositor de sinfonías; ahora que, responder a la pregunta de si estos juicios se basan en evaluaciones reales de las exigencias intelectuales de estos campos, desde nuestro punto de vista, permitiría sustraer el concepto de arte del campo de la diversión, distracción o de la falta de esfuerzo cognitivo, de razonamiento intelectual. De acuerdo con lo anterior y haciendo un planteamiento rápido de la inserción del Arte en el Diseño Gráfico, podemos ir vislumbrando el sentido que otorga este concepto en el Diseño Gráfico, que va trazando una ruta hacia la frivolidad y la mínima carga intelectual en su ejecución.

 

Retrocediendo un poco en el tiempo, las suposiciones de que los campos artísticos son intelectualmente inferiores, se remontan a Platón (Jaeger,1992, p. 134), al favorecer las “formas ideales” como la fuente suprema de conocimiento intelectual, con lo que propiciaba una condición inferior para el arte. Él presuponía que los arquetipos que la mente racional puede captar en su fría pureza estaban libres de las distorsiones de los sentidos y, por lo tanto, eran superiores al conocimiento que se da en la percepción. El conocimiento sensorial basado en la realidad de la naturaleza consistía en copias imperfectas o imitaciones de estos ideales, los objetos que aparecían en las obras de arte eran “imitaciones de imitaciones”, así que por lo tanto, eran doblemente inferiores.

 

Ahora bien, mientras Platón ponía en tela de juicio la primacía del Arte como modo de conocimiento, Aristóteles valoraba la poesía como una fuente de conocimiento más verdadera que la historia, y a su vez Plotino (Jaeger,1992, p. 145) creía que la inspiración artística era un don de los dioses y, por lo tanto, una fuente de conocimiento más verdadera que el que se consigue sólo mediante la razón. Finalmente, el pensamiento platónico fue permeando más y más en el pensamiento general hasta la época actual, donde a menudo se señala al Arte como si se tratara sólo de sentimientos y emociones, no de ideas, y a menudo se considera a los sentimientos como factores que inhiben la capacidad para desarrollar la objetividad en los juicios. Considerando lo anterior, no es extraño el pensamiento sobre el arte y el artista como algo que es producto de un escaso esfuerzo cognitivo.

 

Por ello, la inserción del concepto de Arte en el Diseño Gráfico, le adosa más componentes negativos que positivos. En palabras de Arnheim, (1993, p. 21-25) el arte expresa «emoción» mediante y por estados emocionales, se debe a los «sentimientos» y transmite sentimientos, el problema es que en el uso común, en la actualidad, los términos emoción y sentimiento no gozan de una alta reputación. La persona emocional es la dada a impulsos irracionales, la persona que razona mal; y los sentimientos, la mayoría de las veces, connotan vaguedad de cognición: una persona que no conoce, con seguridad se apoya en el mero sentimiento, no es de extrañar que una actividad basada en la emoción y el sentimiento levante sospechas.

 

Así pues, con el pensamiento de que el aspecto emocional y sensitivo están insertos en un nivel que primacía el momento de generar tanto una obra de arte como una pieza de comunicación, se excluye todo rasgo intelectual, esto es: “se trata tan sólo de sentir, no de pensar” parece decir, y aún suponiendo que los componentes sensitivos y emocionales estén implicados de componentes intelectuales, la premisa que prevalece en el pensamiento de la mayoría de las personas es que el Diseño Gráfico es tan sencillo como hacer Arte, sólo se trata de plasmar en imágenes lo que sientes (tenga sentido o no para el espectador).

 

La idea del mínimo esfuerzo cognitivo al “hacer Diseño Gráfico” tiene que ver también con los avances tecnológicos, en efecto, éstos han acercado al público hacia la posibilidad de manipular equipos y programas que antes eran solamente de competencia exclusiva de diseñadores gráficos, al ser así, el público puede ahora intervenir en los procesos de creación de piezas de comunicación de una manera muy sencilla. No se necesita ya ser diseñador gráfico o requerir de él, es decir, no son necesarias las capacidades de pensamiento superior porque finalmente para diseñar sólo se requiere del dibujo, de la pintura y la tecnología me ayuda a hacerlo por lo que no necesito un pensamiento complejo como sería el que se utiliza en el caso de las ingenierías, la química, la medicina o la física.

 

Un elemento más que contribuye al pensamiento de “hacer Diseño Gráfico es tan sencillo como hacer Arte” tiene que ver con la prácticamente nula explicación de los procesos en la toma de decisiones en el trabajo de creación en el Arte, aspecto que es compartido mayoritariamente por el Diseño Gráfico, pero que para el Arte no es necesario. El arte parte de una preocupación subjetiva del artista y subjetiva es su expresión, pero en el caso del Diseño Gráfico se trata de piezas de comunicación que tendrían que condensar subjetividades que permitan justamente la comunicación, objetivo del Diseño Gráfico, a propósito de esto,  María Ledesma (1997, p. 67) explica que existe un abuso de caja negra que busca ocultar el hecho de la sin razón en la toma de decisiones que derivaron en una propuesta gráfica y se hace evidente en mucha de la bibliografía sobre el Diseño, donde se describen  ejemplos, pero no se dan razones del por qué de las elecciones que derivaron en el ejemplo que se muestra y es que por otro lado, con la escasa herramienta teórica desarrollada con el fin de explicar los procesos de Diseño, los pocos planteamientos que se hacen, muchas veces distan de presentar el rigor intelectual necesario con el que se acostumbra a presentar las explicaciones de las ciencias duras, lo cual favorece una vez más el pensamiento del escaso nivel intelectual del Diseño Gráfico y que, conectado a la noción de Arte como cosa más de emoción y sentimiento que de intelecto, sugiere que no hay nada que explicar, bastará con “sentir”.

 

Bajo los argumentos anteriormente planteados, la visión del Diseño Gráfico como Arte, ha distorsionado principalmente los objetivos de nuestro hacer, y queda claro cuando se intercambia el objetivo de “comunicar” por el de “expresarse”. Ahora que, dejar como único aspecto responsable del desprestigio del Diseño Gráfico a la relación Arte-Diseño resultaría ser un pensamiento en sumo inocente, pues no podemos dejar de lado, por ejemplo, el uso tan prolijo, polisémico y difuso que se hace de la palabra Diseño, para empezar, y que se hace extensivo al Diseño Gráfico, así como la experiencia vivida del perceptor con desacertados productos de Diseño Gráfico y los mismos desaciertos del diseñador gráfico (al querer mostrar como los pintores su punto de vista en las piezas de comunicación sin pensar en el auditorio final), las inconsistencias en la explicación y la falta de reflexión en cuanto al quehacer del Diseño Gráfico, etc. colaboran todas ellas en conjunto para acabar por desprestigiar la profesión.

 

Para concluir tenemos que los fuertes dualismos filosóficos de la cultura occidental han trabajado para separar la mente del cuerpo, lo cognitivo de lo afectivo, lo real de lo imaginario, la ciencia del arte. En apoyo a lo anterior, resulta además que la estructura de la mayoría de la currícula del nivel escolar básico, hasta el superior, sostiene esta dicotomía, sitúa a las ciencias en el ámbito cognitivo mientras que a las artes se les envía a una categoría inferior, en el ámbito de lo afectivo, y aún más para asegurarlo, se alaban las artes como fuente de deleite, como medios de embellecimiento y pocas veces se consideran fuentes activas de percepción, conocimiento o comprensión, “Se enseña el arte como si sólo se tratara de sentimientos, de emociones, y no de ideas, con todo y que se considera que todas las materias, incluidas las artes, tienen sus componentes cognitivos y afectivos” (Scheffler, 1986 p. 347).

 

Ahora bien, ubicar qué capacidades cognitivas proporcionan las artes en contraste con lo que otras materias no pueden proporcionar o que no lo hacen tan bien como las artes, contribuiría a sostener y comprender el argumento de Eisner (1993, p. 5-11), con respecto a que la mente desarrolla múltiples formas de representación a través de la experiencia obtenida por medio de los sentidos, algunas basadas en la percepción visual (predominante en el Diseño Gráfico) y otras originadas en fuentes auditivas o táctiles, y que en el caso de que fuera posible transmitir todo aquello que los humanos quieren expresar con una o dos formas, las otras serían innecesarias o redundantes, pero, puesto que cada una de las artes ofrece modos únicos de representar ideas y sentimientos, que no pueden ser igualadas por los otros sistemas de representación, su presencia puede justificarse en términos de las capacidades cognitivas que alimentan. Desde esta visión del Arte,  resulta entonces útil vincularla al Diseño Gráfico y es que finalmente nos ocupamos de mover sentimientos en otros a partir de las piezas de comunicación que se generan, pero dichos sentimientos derivados en una motivación de comunicación precisa a nivel de masas.

 

CITA:

[1] Aunque iniciaron estas prácticas por otras razones que no resultan ser motivo del presente artículo, nos permitirán ir comprendiendo la instalación del concepto de Arte en el Diseño Gráfico.

 

Bibliografía

 

ARFUCH Leonor, LEDESMA, María y CHÁVES, Norberto, (1997) Diseño, Comunicación, Teorías y Enfoques Críticos Edit. Paidós, Barcelona.

ARNHEIM, Rudolf, (1993). Consideraciones sobre la educación artística, Edit. Paidós, Barcelona.

 

EISNER Elliot, (1993). Forms of understanding and the future of educational research, Educational Researcher, Boston.

 

JAEGER, Werner, (1992). Paideia: Los ideales de la cultura griega, Trad. de Joaquín Xirau y Wenceslao Robles. Edit. Fondo de Cultura Económica, México.

 

TAPIA, Alejandro, (2003). Descubrir el diseño, Reconstrucción del Término Diseño, Memorias del XI Congreso de Académicos de Escuelas de Diseño Gráfico, Edit Universidad de Guadalajara-Asociación Mexicana de Escuelas de Diseño Gráfico, A.C. Guadalajara, Jal.

 

ZIMMERMANN, Yves, (1994).  Del Diseño, Edit. Gustavo Gili, Barcelona.